Alexéi Navalni permanecerá los 30 días de prisión preventiva a los que fue condenado. Días después de que decenas de miles de personas se manifestaran en más de un centenar de ciudades de Rusia para pedir su liberación, un juez ha rechazado este jueves el recurso que el líder opositor había presentado, por lo que seguirá en la cárcel como mínimo hasta el próximo juicio, bajo la acusación de infringir los términos de la libertad condicional en que se encontraba cuando fue trasladado a Alemania para recuperarse del ataque con veneno que sufrió en verano en Siberia y que casi le cuesta la vida. Navalni instó a la ciudadanía a seguir protestando pese a la ola de arrestos y la intensa presión sobre sus colaboradores. “No lograrán intimidarnos, somos mayoría”, remarcó durante la vista, celebrada en una cárcel moscovita.
Arrestado nada más regresar de Berlín, Navalni puede afrontar una pena de más de tres años en una colonia penal. El disidente, que denunció las trabas que tiene para acceder a sus abogados y que describió este último proceso judicial como una persecución política, recurrirá la decisión ante todas las instancias, incluido el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, según ha anunciado uno de sus abogados este jueves. “Esta flagrante anarquía se hace para asustarme a mí y a todos los demás”, dijo. “Los jueces aquí solo son esclavos obedientes, esto lo hacen las personas que han robado en nuestro país”, incidió el opositor desde la famosa cárcel Matrosskaya Tishina, en la que está en aislamiento por imposición de las autoridades alegando la pandemia de coronavirus.
En una aséptica sala y a través de la pantalla del ordenador, Navalni se enteró a través de sus abogados de la última batería de redadas, registros y detenciones contra sus aliados, este miércoles por la noche; entre ellos su hermano, Oleg, y su número dos, la abogada Liubov Sobol. Todos enfrentan cargos por violar las restricciones del coronavirus en eventos públicos durante las protestas del sábado, lo que conlleva una pena máxima de tres años de cárcel. “Es como una situación de rehenes”, criticó el destacado opositor, que está acusado de cometer fraude a gran escala, además de vulnerar los términos de aquella polémica sentencia de hace seis años que el Tribunal de Estrasburgo consideró “arbitraria y manifiestamente injusta”.
La organización anticorrupción que lidera el disidente ha instado a la ciudadanía a manifestarse de nuevo este domingo, en un intento de mantener el pulso con el Kremlin. En las movilizaciones del sábado pasado, más de 4.000 personas fueron detenidas. “Solo ellos [los manifestantes] son la última barrera para evitar que los que están en el poder roben todo. Son los verdaderos patriotas”, ha reclamado Navalni durante la vista, que ha aprovechado como la primera ventana en directo al exterior desde hace 10 días para dirigirse a los rusos.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha declarado este jueves que la nueva ola de registros y detenciones son legítimas. “Los organismos encargados de hacer cumplir la ley están haciendo su trabajo”, manifestó. “Hubo numerosas violaciones de las leyes”.
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