El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, condenó hoy la decisión del ultranacionalista Naftali Benet de formar Gobierno con el opositor centrista Yair Lapid, le acusó de «traicionar» a la mayoría de ciudadanos que votaron por partidos de derecha y alertó del «peligro» de un Ejecutivo izquierdista.
EFE
«En lugar de crear un Gobierno de izquierdas peligroso», cuando este miércoles finalice el mandato de Lapid para formar una coalición, «podríamos conformar un Ejecutivo de derechas» con rotación en la jefatura de Gobierno junto al mismo Benet y el derechista Guidéon Saar, manifestó Netanyahu, reiterando la misma oferta realizada esta mañana y que ya fue rechazada por el político ultranacionalista
«Esto es muy poco convencional y bastante retorcido, pero la posibilidad de un gobierno de izquierda es aún peor», aseveró Netanyahu, quien insistió en que una mayoría de israelíes votaron por un gobierno de derechas porque es «lo mejor para la seguridad y el futuro de Israel».
Las declaraciones del actual primer ministro se produjeron pocos minutos después de la comparecencia de Benet, quien anunció su decisión de crear «un Gobierno de unidad» en Israel con el bloque opositor que lidera Lapid, lo que podría desbancar a Netanyahu del poder tras doce años seguidos.
Después de que Israel haya celebrado cuatro comicios en dos años, que han conducido a un bloqueo político, Benet señaló que los únicos escenarios posibles son «unas quintas elecciones» o «un Ejecutivo de unidad nacional» que lo evite, tras la incapacidad de Netanyahu de lograr el apoyo de una mayoría de 61 diputados.
Benet -cuyo partido, Yemina, cuenta con 7 cruciales escaños- rechazó de nuevo hoy mismo formar una coalición de derechas liderada por Netanyahu, que lleva más de una década en el poder en Israel y que enfrenta varios casos por corrupción.
Netanyahu acusó a Benet de cometer el «fraude del siglo» al traicionar a los casi dos millones de israelíes que votaron por partidos de derecha -un millón lo hizo por el Likud liderado por el primer ministro- porque «lo único que quiere es convertirse él en primer ministro».
Según Netanyahu, durante la campaña electoral «Benet prometió a sus votantes que no formaría coalición con el centrista Lapid ni bajo la fórmula de un gobierno rotatorio», pero hoy ha anunciado justo lo contrario en base a «las mismas mentiras y palabras vacías sobre odio y división».
La decisión de Benet se produce a tres días de expirar el plazo de Lapid para crear Gobierno. El partido de este último, Yesh Atid, fue el segundo más votado (17 diputados) tras el Likud de Netanyahu (30) en los comicios generales del pasado 23 de marzo.
Lapid tiene el mandato de formar gobierno tras el fracaso de Netantayu, el primero que recibió ese encargo del presidente Reuvén Rivlin, al ser su partido Likud el más votado; aunque el bloque del cambio -como se hacen llamar- todavía no tiene apoyos suficientes para formar un Ejecutivo, para lo que necesitaría el respaldo de la Lista Unida o del islamista Raam, ambos partidos árabes.
Lapid encabezaría un amplio bloque de partidos de gran diversidad ideológica -desde la izquierda hasta la extrema derecha- cuyo único elemento de unión es su firme oposición al actual primer ministro de Israel.
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