“Si enfrentáramos la misma enfermedad, con todo lo que sabemos hoy, creo que nos encontraríamos a medio camino entre lo que Suecia y el resto del mundo han hecho” , reconoció el epidemiólogo jefe de la Agencia Sueca de Salud Pública, Anders Tegnell, quien impuso para el reino escandinavo la estrategia de lograr la comunidad de rebaño para vencer al SARS-CoV-2.
Juan Dillon | Infobae
Al menos desde marzo, cuando comenzamos a convivir con el virus, las estrategias de confinamiento -o no- se basaron en la idea de aplanar las curvas de contagios ganando tiempo para llegar a una vacuna o confiar en la responsabilidad individual hasta que se logre la inmunidad colectiva. Entonces: ¿son prudentes o kamikazes? O, ¿a favor de la vida o de la muerte? En un contexto donde la moderación parece haber desaparecido, las recientes proyecciones epidemiológicas parecerían demostrar que hay una respuesta intermedia.
Hasta ahora se ha dicho ampliamente que el umbral de inmunidad de rebaño (HIT) requerido para evitar un resurgimiento del SARS-CoV-2 es superior al 50% para cualquier entorno epidemiológico. Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, sostiene que este escudo inmunológico podría reducirse en gran escala si una fracción de la población no puede transmitir el virus debido a la resistencia innata o la protección cruzada de la exposición a coronavirus estacionales.
Inmunes a ser atrapados por el COVID-19
De acuerdo a un nuevo modelo presentado por un equipo de la Universidad de Oxford, dirigido por la profesora Sunetra Gupta, tan solo el 20 por ciento de la población puede necesitar resistencia al virus para evitar que se propague una nueva epidemia.
Los responsables del trabajo piensan que el “umbral” de la inmunidad colectiva o de rebaño se ha reducido porque muchas personas ya pueden ser inmunes a la infección sin haber sido atrapadas por esta.
Según lo sostiene el documento recientemente publicado, y al que accedió Infobae, las proyecciones que se hacen para el Reino Unido por la Universidad de Oxford, indican que ya habría alcanzado un nivel suficiente de inmunidad para contener una temida segunda ola.
Al comienzo de la pandemia, los asesores del gobierno británico sugirieron que al menos el 60 por ciento de la población necesitaría infectarse para que se lograra la inmunidad del rebaño. En cambio, Reino Unido entró en el bloqueo sobre la base de proyecciones que sugieren que permitir tales niveles de la enfermedad dejaría al sistema de salud pública del país colapsado.
“Se cree ampliamente que el umbral de inmunidad de rebaño (HIT) requerido para prevenir un resurgimiento del SARS-CoV-2 es superior al 50 por ciento para cualquier entorno epidemiológico”, dice el estudio. Pero los nuevos indicios sobre anticuerpos y defensa inmunológica dejan de lado este porcentaje.
“Estos resultados ayudan a explicar el gran grado de variación regional observado en la seroprevalencia y las muertes acumuladas, y sugieren que la inmunidad de rebaño suficiente ya puede estar en su lugar para mitigar sustancialmente una segunda ola potencial”, agrega el documento.
El trabajo, que tomó estado público a través del diario inglés The Telegraph, también indica que ya varios expertos han coincidido en sugerir que un importante número de personas podrían lograr la inmunidad contra el COVID-19, a partir de cierta semejanza con otros virus, incluso hasta aquellos que pueden provocar un simple resfriado, como demuestra una investigación alemana.
Con ciudades en todas parte del mundo que ya están logrando este umbral del 20 por ciento, la relevancia del modelo de Oxford, puede ser clave para lograr un escudo frente a la pandemia. Sin embargo, la proyección aún no ha sido revisada por pares como para confirmar que cuando las personas resistentes se mezclan con personas no resistentes, el “peldaño” de inmunidad colectiva se reduce drásticamente.
Se suma que la múltiple evidencia de que la exposición a coronavirus estacionales ofrece protección contra los síntomas clínicos, permite al estudio sostener la idea que “sería razonable suponer que la exposición al SARS-CoV-2 en sí misma conferirá un grado significativo de inmunidad”.
“Por lo tanto, un segundo pico puede resultar en muchas menos muertes, particularmente entre aquellos con comorbilidades en las clases de edad más jóvenes”.
Para el profesor, John Bell, Regius de Medicina en la Universidad de Oxford, y uno de los investigadores que trabaja en el desarrollo de la vacuna también de Oxford, “probablemente habría un nivel de fondo de protección para un número significativo de personas”, cita el mismo medio británico.
Además agrega que “es probable que haya inmunidad de células T de fondo en las personas antes de que vean el coronavirus, y eso puede ser relevante para que muchas personas contraigan una enfermedad bastante asintomática”.
Según investigaciones internacionales, hasta un tercio de las personas sanas sin síntomas de coronavirus pueden haber desarrollado inmunidad a este. Hasta ahora, los esfuerzos para medir los niveles de protección contra el coronavirus se han centrado en los anticuerpos, que han demostrado ser una medida poco confiable.
Para varios epidemiólogos, que empiezan a marcar diferencias con aquellos que han hecho prevalecer sus voces en las decisiones de políticas sanitarias, se ha subestimado la cantidad de personas que tienen algún tipo de inmunidad al SARS-CoV-2. Si esto significa que estas personas están totalmente protegidas, o si van a tener una enfermedad más leve o asintomática en el futuro, aún es difícil decir. De ser esta proyección de Oxford fiable, la espera hacia una vacuna no sería el escudo de inmunidad más cercano para vencer a la pandemia.
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