Desde hace al menos tres meses, la líder opositora venezolana María Corina Machado mantiene contactos con el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva a través de Itamaraty, según confirmaron fuentes oficiales a GLOBO.
En audiencia en la Comisión de Relaciones Exteriores (CRE) del Senado, este jueves, el asesor especial de la Presidencia de la República, Celso Amorim, respondiendo a preguntas del senador Sergio Moro (União Brasil-PR), admitió contactos de María Corina “en alto nivel” del gobierno brasileño, sin dar detalles.
En un claro reparto de tareas, estos contactos fueron, desde el primer momento, con el Ministerio de Asuntos Exteriores, siguiendo instrucciones del propio presidente.
Las conversaciones de la líder opositora venezolana con Itamaraty se mantuvieron confidenciales para evitar tensiones con el gobierno del presidente Nicolás Maduro, incluso antes de las elecciones presidenciales del 28 de julio.
María Corina admitió, en una reciente entrevista con GLOBO, que habló con representantes del gobierno Lula, pero no reveló quién fue su interlocutor. Se le pidió no brindar información sobre estos contactos, que son parte del intento de Brasil de tener canales fluidos de diálogo con las dos partes en disputa en Venezuela.
Una disputa que se intensificó tras las elecciones del 28 de julio. Desde entonces, las precauciones del gobierno brasileño han sido aún más rigurosas, para evitar cualquier situación que pueda perjudicar el intento de crear un espacio de eventual negociación entre Maduro y la oposición liderada por María Corina.
En Caracas, Amorim recibió al candidato presidencial opositor Edmundo González Urrutia en la residencia de la embajadora de Brasil, Glivânia Maria de Oliveira. En ese momento, un día después de las elecciones, la invitación se hizo sólo al candidato. El asesor especial de la Presidencia no quiso incluir a María Corina, situación que, comentaron fuentes opositoras, irritó a la líder opositora, pero no al punto de pedirle a González Urrutia que no asistiera a la reunión. El candidato de la oposición fue y la conversación, confirmó Amorim este jueves, fue buena.
María Corina ya estaba hablando con Itamaraty y por eso aceptó ser excluida de la reunión con el enviado de Lula en Caracas. Hablar con Palácio do Planalto o Itamaraty puede parecer lo mismo, pero no lo es. Brasil tuvo cuidado de evitar contactos entre los asesores de Lula y el líder de la oposición porque, en este caso, la reacción del Palacio de Miraflores podría haber sido incluso interrumpir las conversaciones con el gobierno de Lula. Las conversaciones con Itamaraty son más toleradas.
En cualquier caso, la precaución es la consigna. A pesar de reconocer la extrema dificultad de la situación, Brasil quiere mantener abiertos todos los canales de diálogo.
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— La solución [a la crisis venezolana] debe ser encontrada por los venezolanos y no impuesta desde afuera — declaró Amorim en la audiencia de la CRE en el Senado.
El asesor de Lula añadió que “no tiene sentido presionar a países que no tienen acceso [a las partes en disputa]”.
— La solución debe venir del diálogo, es difícil, pero hay que intentarlo — subrayó Amorim.
Las conversaciones con María Corina son parte de este intento, que actualmente se encuentra estancado. La llamada telefónica entre Lula y el presidente de Colombia, Gustavo Petro, el miércoles pasado no permitió grandes avances. El canciller Mauro Vieira se encuentra en Bogotá, donde sostendrá conversaciones con su par colombiano, Gilberto Murillo. Según fuentes del gobierno brasileño, “aún no hay propuestas sobre la mesa”. En este sentido, Amorim aseguró que “es necesario pensar fuera de lo común”, y enfatizó.
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