El jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, condenó enfáticamente el bombardeo israelí contra el campo de refugiados de Jabaliya en Gaza, que dejó decenas de muertos civiles.
Describió el ataque como “la última atrocidad” que agrava el sufrimiento humanitario en Gaza.
Griffiths afirmó que la población de Gaza está siendo asesinada y sufre hambre y trauma, perdiendo la esperanza debido a los bombardeos israelíes.
Alertó que la falta de acción internacional ante esta crisis tendrá graves consecuencias globales.
Pidió pausas humanitarias para permitir la entrada de ayuda y que Hamás libere a los rehenes que mantiene.
Griffiths instó al mundo a no permanecer inactivo frente a la brutalidad del conflicto, que ha llevado a Gaza a una fase aún más aterradora con impactos humanitarios cada vez peores.
Con información de AFP
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