Las altas tasas de embarazo adolescente en América Latina cuestan a los gobiernos de la región miles de millones de dólares al año y empeoran la pobreza y la desigualdad, según una investigación publicada por Naciones Unidas el miércoles.
Reuters
Por nación, el embarazo en la adolescencia cuesta en promedio 1.200 millones de dólares al año en pérdida de ingresos de las madres, ingresos fiscales, atención médica y costos hospitalarios, según el Fondo de Población de la ONU (UNFPA) que analizó seis países: Argentina, Colombia, Ecuador, Guatemala, México y Paraguay.
Estos son costos que los gobiernos “podrían evitar si lograran prevenir embarazos adolescentes no deseados”, dijo el informe del UNFPA.
“Si podemos prevenir los embarazos precoces, podríamos mejorar las oportunidades para las mujeres y podríamos ampliar sus ingresos y opciones”, dijo Federico Tobar, asesor del UNFPA para América Latina y el Caribe en Panamá.
“Y también podríamos ampliar la capacidad estatal de ingresos fiscales”, aseguró Tobar a la Fundación Thomson Reuters.
Como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), los embarazos de adolescentes de 20 años o menos ascienden en promedio al 0,35% del PIB, moviéndose desde el 0,22% en Argentina al 0,58% en Colombia, según el informe.
Entre los seis países analizados, el costo del embarazo en la adolescencia fue mayor en México, costando a la nación 4.100 millones de dólares al año, y el más bajo fue en Paraguay con 1.300 millones de dólares al año.
Una madre adolescente pierde la oportunidad de ganar, en promedio, 1.243 dólares al año en comparación con una mujer que se convierte en madre en edad adulta, según el informe.
También tienen más probabilidades de abandonar la escuela, hacer trabajo doméstico no remunerado y, además, ganan un 24% menos de salario en comparación con las mujeres que se convierten en madres entre los 20 y los 29 años, asegura el informe.
Las madres adolescentes también tienen tres veces menos probabilidades de obtener un título universitario, cuando se compara con las mujeres que tuvieron hijos a una mayor edad. La falta de educación avanzada alimenta los ciclos de pobreza, afirmó.
Las altas tasas de embarazos adolescentes en América Latina están impulsadas por la falta de educación sexual en las escuelas y el bajo acceso a métodos anticonceptivos gratuitos para las niñas, lo que se ha vuelto aún más difícil de obtener debido al cierre de clínicas debido a los cierres por coronavirus, según Tobar.
Previo al coronavirus, América Latina y el Caribe registró la segunda tasa más alta a nivel mundial de embarazos adolescentes, detrás de África subsahariana, con cifras en aumento, dijo el UNFPA.
En Colombia, por ejemplo, una de cada cinco adolescentes es madre o está embarazada.
Las niñas a menudo quedan embarazadas como resultado de la violación por parte de familiares en el hogar, y las cuarentenas y cierres de escuelas han significado que las niñas tengan más probabilidades de quedar atrapadas en casa con familiares abusivos.
“En los embarazos que ocurren en niñas menores de 15 años o incluso más jóvenes, alrededor del 75% de estos embarazos están relacionados con violación y abuso infantil”, afirmó Tobar.
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