El opositor y exaspirante a la Presidencia bielorrusa, Víctor Babariko, creó un nuevo partido político al que bautizó como «Juntos» y con el que pretende enfrentar a Alexandr Lukashenko. El anuncio lo hizo mientras se encuentra en prisió, juzgado por presunta evasión tributaria y lavado de capitale.
También exbanquero, Babariko indicó a través de Telegram que los bielorrusos «necesitan un partido», como «instrumento más eficaz para lograr la victoria» sobre el presidente Alexandr Lukashenko, en el poder desde hace más de 26 años y al que la oposición exige la renuncia tras los fraudulentos comicios de 2020.
Además del dirigente preso, forman parte del nuevo partido otros opositores destacados, como María Kolésnikova, en prisión preventiva en Minsk acusada de poner en peligro la seguridad nacional, y varios miembros de la campaña de Babariko.
Kolésnikova, única de la troika de mujeres opositoras –junto a Svetlana Tijanóvskaya y Veronika Tsepkalo– que no abandonó el país, fue secuestrada el 7 de septiembre por las fuerzas de seguridad.
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Como rompió el pasaporte para evitar ser expulsada forzosamente a Ucrania, fue detenida y trasladada a un centro de reclusión en las afueras de Minsk.
La activista era la representante de Babariko, de 57 años, principal rival de Lukashenko en las elecciones de agosto pasado, que fue detenido en junio pasado durante la campaña electoral.
El partido aún debe ser registrado y, si las autoridades no lo autorizan, actuará en base al estatus legal de un «comité organizador de un partido político», según consta en su página web.
El programa de la fuerza política será elaborado por sus miembros y tras reunir los primeros mil partidarios se celebrará un congreso fundacional en el que se elegirán a los líderes, las prioridades de trabajo y el modelo de participación en las campañas de elecciones locales.
Babariko explicó que en principio el partido debe aunar las acciones de iniciativas independientes dispares que exigen la salida del poder de Lukashenko.
Además, debe «garantizar el trabajo de los grupos y asociaciones» de las fuerzas democráticas que luchan pacíficamente contra el régimen, y «reanudar las actividades dentro del país».
Asimismo, la misión de «Juntos» será dar voz a «la mayoría de personas que están cansados de vivir en una atmósfera de mentiras, odio y miedo» ante la represión policial y la persecución judicial de quienes participan en protestas contra Lukashenko.
Las autoridades bielorrusas han condenado a más de 400 personas por participar en las manifestaciones desde agosto pasado, según informó recientemente la Fiscalía.
A pesar de que las protestas han disminuido considerablemente, los pasados días 25 y 27 salieron pequeños grupos de ciudadanos a las calles de Bielorrusia y solo en estos dos días las fuerzas de seguridad del régimen detuvieron a casi 500 personas.
EFE
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