Benedicto XVI fue el primer papa en 600 años en renunciar al trono de San Pedro y desde 2013 practica una vida monacal en El Vaticano.
Medios alemanes reportan este lunes 3 de agosto que el papa emérito Benedicto XVI, quien había acudido a Baviera para visitar a su hermano, Georg Ratzinger, antes de su fallecimiento, tiene un estado de salud «extremadamente frágil» al sufrir de eripsela, una enfermedad infecciosa que se caracteriza por hinchazón y placas rojizas, que causa mucho picor y dolores agudos.
Según un reporte de la DW, -que citan a su vez al biógrafo del pontífice emérito, Peter Seewald- Benedicto XVI, quien nació bajo el nombre de Joseph Ratzinger, no ha perdido ni la memoria ni su capacidad intelectual, «pero su voz es apenas audible».
Así lo reveló Seewald luego de haberse reunido con el religioso en Roma para presentarle su biografía y añadió que el papa emérito se mostró «optimista» a pesar de la eripsela y dijo que si llega a tener más fuerza, tiene pensado retomar la escritura.
Entre otras revelaciones, el periodista dice que Benedicto XVI ya tiene redactado su testamento, que se publicará después de su muerte, pero anticipó que el papa alemán eligió como su lugar de descanso final la antigua tumba de Juan Pablo II en la cripta de la Basílica de San Pedro. «Se sintió particularmente apegado a este predecesor. Su sarcófago ahora es adorado en una capilla lateral al lado de la Pietà Michelangelos en el área de entrada de la Basílica de San Pedro», dice el portal Perfil.
La Reppublica explicó que el viaje que hiciera Benedicto XVI fuera de Italia fue el primero que hiciera desde 2013, cuando tras 600 años de historia, se convirtió en el primer papa en renunciar a su cargo. Desde entonces, lleva una vida monacal en un monasterio dentro de la Santa Sede.
Su renuncia se dio en medio de lo que se conoció como el «VatiLeaks», en la que se reveló el supuesto lavado de dinero en el Banco Vaticano y los casos que salieron a relucir de pedofilia y que han salpicado la gestión de su sucesor, el papa Francisco.
Desde entonces, Ratzinger solo había ido a Castelgandolfo y las afueras de Roma, pero nunca había abandonado Italia. El viaje a Alemania fue muy deseado por él dada la estrecha relación que siempre tuvo con su hermano Georg, quien murió a principios de julio pocos días después del regreso del papa emérito a Italia.
Joseph y Georg Ratzinger se ordenaron sacerdotes el mismo día, en junio de 1951.
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