La Asamblea Legislativa de El Salvador, de amplia mayoría oficialista, se negó este martes a homenajear a las víctimas de un expolicía vinculado con la muerte de al menos 18 personas, cuyos cuerpos se localizaron en su vivienda.
EFE
La población salvadoreña se encuentra a la espera de los resultados de las investigaciones contra el expolicía Hugo Osorio, acusado hasta el momento únicamente por un doble feminicidio.
El diputado Jaime Guevara, del opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), solicitó que en el acostumbrado minuto de silencio se agregara a las víctimas del expolicía.
La iniciativa obtuvo apenas 17 votos a favor y 48 en contra, entre estos incluidos el del presidente del Parlamento, Ernesto Castro, del oficialista Nuevas Ideas (NI).
Ricardo Godoy, de la opositora Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), pidió que el pleno del órgano Legislativa emitiera un pronunciamiento público en el que se «condene enérgicamente el hallazgo de los múltiples crímenes», porque «es un tema que nos tiene que unir».
Sin embargo, los votos del oficialismo frenaron la iniciativa.
La legisladora Marcela Villatoro, de Arena, dijo a la prensa que «lo único buscábamos era solidarizarnos con las familias de las víctimas» localizada en la occidental localidad de Chalchuapa.
«Ha sido una situación denigrante, porque no solamente se le negó un pronunciamiento a las víctimas de esta situación, sino también un minuto de silencio para honrarlas», añadió.
El ministro de Seguridad salvadoreño, Gustavo Villatoro, indicó este martes que se han exhumado 14 osamentas, a las que se suman otros cuatro cuerpos encontrados en el lugar a inicios de mayo.
El caso también ha generado polémica después de que se conociera el 21 de mayo pasado que la Fiscalía General de la República otorgó a Osorio el criterio de oportunidad, que le generaría beneficios judiciales, a cambio de testificar contra sus supuestos cómplices en 9 feminicidios.
«En efecto, al señor Hugo Osorio se le dio un criterio de oportunidad parcial única y exclusivamente por 9 casos en donde su participación fue de lanzar los cadáveres al pozo», dijo en una conferencia de prensa el fiscal Max Muñoz.
La recuperación de los restos se lleva a cabo en una zona urbana del municipio de Chalchuapa, más de 73 kilómetros al oeste de San Salvador, en la casa donde vivía Osorio.
En el lugar se encuentran trabajando forenses, quienes deben vestir trajes especiales para protegerse en las excavaciones, y son auxiliados por presidiarios de un programa de «fase de confianza».
La casa, que ha centrado la mirada de la sociedad salvadoreña en los últimos días, se ubica en una zona aislada y cerca de un amplio cultivo de caña, según constató Efe.
El documento «Desaparición de Personas en El Salvador», de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad), da cuenta de que en ese lapso la Policía Nacional Civil (PNC) recibió 12.495 denuncias, pero el dato de la Fiscalía fue de 22.307.
Israel Ticas, uno de los forenses más reconocidos en el país y que trabaja para la Fiscalía en este caso, ha señalado en diferentes ocasiones que si una persona pasa más de ocho días desaparecida existe una alta probabilidad de que haya sido asesinada y enterrada en un cementerio clandestino.
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