La participación en la segunda vuelta de las elecciones de gobernadores regionales de Chile de este domingo fue de apenas un 19,6 % cuando se han escrutado el 99,9 % de los votos, según el Servicio Electoral (Servel), lo que marca un mínimo histórico en el país en comicios para designar autoridades.
EFE
De los 13 millones de ciudadanos llamados a sufragar en 13 de las 16 regiones del país (las otras tres ya definieron a su gobernador en la primera vuelta, los pasados 15 y 16 de mayo) tan sólo acudieron a las urnas poco más de 2,5 millones de personas.
Desde que el voto dejó de ser obligatorio en Chile en 2012, ninguna elección ha superado el 50 % de participación a excepción del plebiscito del pasado octubre, cuando sufragó el 50,9 % y el porcentaje más bajo se había registrado en las municipales de 2016, cuando solo votó el 34,9 %.
En la primera vuelta de esta elección, que se celebró junto a las municipales y las constituyentes, la participación fue de poco más del 43 %,
La Región Metropolitana, las más poblada del país, fue la que contó con mayor afluencia de votantes esta jornada, con 1,5 millones de personas, lo que representa un 25,65 % de los 5,8 millones de personas llamada a sufragar en este territorio.
La preocupación por una baja participación marcó el día, que se desarrolló en plena pico pandémico en el país, que por tercer día consecutivo registró más de 7.000 contagios, y con toda la Región Metropolitana, la más poblada del país y en la que se ubica la capital, en cuarentena total.
Durante el día, diversas autoridades y actores políticos llamaron a la población a acudir a las urnas y pusieron en valor la importancia de esta elección de gobernadores, que se realiza por primera vez en la historia para sustituir a los actuales intendente, que son elegidos por el Ejecutivo.
Algunas voces pidieron el retorno del voto obligatorio, incluso ya para las próximas elecciones presidenciales que habrá a finales de año.
La centroizquierda chilena se convirtió en la gran vencedora de las elecciones regionales en Chile que se celebraron en segunda vuelta este domingo, y en las que obtuvo la mayor parte de las gobernaciones, incluida la de Santiago de Chile, con el 99,9 % de los votos escrutados.
El pacto de Unidad Constituyente (izquierda y centro) obtuvo el poder sobre la capital, en la que el candidato Claudio Orrego, de la Democracia Cristiana, se impuso por un 52,7 % de los votos, y el grupo se quedó con 10 de las 16 regiones del país, ocho de ellas obtenidas en segunda vuelta y dos en primera vuelta.
La derecha oficialista en tanto, fue la gran perdedora: su apuesta para Santiago quedó descartada por mucho en primera vuelta y solo logró en segunda vuelta imponerse en la región de la Araucanía, en el centro del país, conocida por ser una zona de conflicto entre las autoridades y los pueblos indígenas.
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