Estaban almorzando. La mamá de la niña tuvo que pararse de la mesa por unos minutos a atender una llamada y cuando volvió, vio que su amigo y vecino, un hombre de 70 años de edad, intentó darle un beso a su hija de 7. No dijo nada. Fingió que no vio y una vez se fue, le preguntó a la niña qué había pasado. Ella fue clara: intentó darme un beso.
Por El Tiempo
Para los investigadores de la unidad de delitos sexuales de la Policía de Bogotá que atendieron este caso, que la mujer no haya tomado ese hecho como un signo de alarma facilitó el presunto accionar criminal de este hombre en contra de su hija.
Era difícil para ella pensar que ese adulto mayor, que más que su vecino se había convertido en su amigo, casi su hermano, podría hacerle daño a su pequeña. Era amable, atento, en ocasiones él llevaba comida y ella la preparaba.
Estaban en el mismo edificio esquinero en el barrio Roma, en Kennedy. Es una casa de dos pisos, con tres apartamentos por nivel, y una terraza. Ella vivía en el segundo, y él en el primero, donde tenía un negocio en el que reparaba computadores y televisores.
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