El muy probable endurecimiento de las sanciones estadounidenses sobre el régimen chavista resuena con fuerza en España. La empresa petrolera de ese país, Repsol, está lista para abandonar Venezuela «en el corto plazo».
Por Primer Informe
La empresa se ha ido retirando de Venezuela progresivamente. Debido a los continuos problemas en la producción en los últimos años redujo gran parte de su exposición patrimonial en el país suramericano.
En sus últimas conferencias con analistas, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha insistido en lanzar un mensaje positivo sobre Venezuela, «un país al que miramos con optimismo».
Pero la grave situación de Venezuela ha llevado a Repsol a acelerar la reducción de su exposición patrimonial al país. Al cierre de 2018, esta exposición era de 456 millones de euros, un 70% inferior a la del ejercicio anterior, y muy alejada de los más de 2.200 millones de euros que presentaba en 2016.
La producción media de Repsol en el país latinoamericano en 2018 era de 62.000 barriles equivalentes de petróleo al día, del total de los 705.000 barriles de todo el grupo.
Repsol participa en la explotación e gas offshore en el Campo Perla, los proyectos de desarrollo de crudo en Petrocarabobo y la exploración y explotación de hidrocarburos gaseosos en el bloque Quiriquire.
Ahora, el Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno socialista español considera que Repsol está «de salida», con una actividad «muy limitada«.
La petrolera tiene participación en dos empresas mixtas de petróleo (que operan en total cuatro bloques, con concesiones que vencen entre los años 2031 y 2035) y dos empresas mixtas de gas (la última de sus concesiones vigentes finaliza en 2036).
El Ejecutivo español ha constatado también en los últimos meses que la Administración Trump no ha aflojado la presión para evitar que la petrolera española sucumba a la última oferta del chavismo.
«Repsol nunca ha querido situarse en contra de las sanciones y siempre ha respetado la posición de Estados Unidos», dijo Elliott Abrams, el representante de la Administración Trump para Venezuela.
El diplomático no considera que Maduro pueda lograr convencer a Repsol de convertirse en su socia para reactivar a PDVSA pues significaría arriesgar sus inversiones en Estados Unidos.
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