La iniciativa «Cuencas Sagradas», que congrega a colectivos indígenas y ambientalistas de la Amazonía, solicitó a los Gobiernos de Ecuador y Perú liderar un «Plan Biorregional» para salvar esta selva con una renovada visión de desarrollo económico, social y ambiental.
El plan propone un portafolio de proyectos que pretende atraer inversiones por más de 600 millones de dólares en los próximos diez años con un conjunto de iniciativas novedosas para generar una «Economía para la vida».
Un programa con herramientas que acompañen los objetivos de desarrollo del milenio hasta el año 2030, sobre una superficie de 35.000 hectáreas de selva compartida por Ecuador y Perú, con el objetivo de «frenar la destrucción de la Amazonía».
La región amazónica es fundamental para el planeta pues es considerada como un pulmón para el mundo, cuyo deterioro avanza sin control, al punto que Naciones Unidas la ha ubicado, junto a la Antártida, en un punto de entrada a una crisis «de no retorno» ambiental.
Así lo aseguró a Efe la ecuatoriana Belén Páez, secretaria de la iniciativa «Cuencas Sagradas», al precisar que la propuesta del «Plan Bioregional» busca ser una alternativa de «permanente protección de la Amazonía» y de los pueblos que la habitan.
La región amazónica de Ecuador, que ocupa sus seis provincias orientales, y del noreste de Perú conforman un biocorredor megadiverso, donde viven unos 600.000 habitantes y existen, al menos, 30 pueblos y nacionalidades indígenas.
Según la Iniciativa, entre 1985 y 2018 se perdieron 440.227 hectáreas de selva amazónica por actividades extractivas y la tala de bosques para agroindustrias como la producción de aceite de palma y la explotación de la balsa.
Todos ellos generando procesos de contaminación e invasión que acaban reduciendo poco a poco su superficie.
Páez también recordó que esta selva «está ligada al mundo» y su deterioro ha puesto a la comunidad internacional a preguntarse «¿qué pasaría si este hábitat dejaría de funcionar» como hasta ahora?.
Para la activista, el planeta afronta actualmente tres dificultades básicas generadas por la pandemia del coronavirus, el cambio climático y una economía en permanente crisis, por lo que es necesario identificar alternativas que cambien la concepción tradicional de desarrollo.
La iniciativa, dijo, fue presentada al mandatario ecuatoriano, Guillermo Lasso, en marzo pasado, cuando era entonces candidato a la Presidencia de su país.
PETRÓLEO Y MINERÍA
Según Páez, el ahora nuevo mandatario recibió con entusiasmo la propuesta del Plan Biorregional, que incluye, por ejemplo, el desarrollo de ciudades inteligentes, el manejo de sistemas fluviales, la interconexión eléctrica y la conectividad en telecomunicaciones en la región.
El plan también plantea mecanismos de «canje de deuda» para obtener financiación y de una «Economía para la vida» que reemplace a las tradicionales fórmulas extractivas, apuntó.
El petróleo es el primer producto de exportación del país, y Lasso dijo durante la campaña que se podría duplicar esa producción en unos años como vía de solución a los problemas económicos nacionales, al igual que la minería, una industria aún en pañales en el país andino.
Por ello, el Plan de Cuencas Sagradas también sugiere limitar los espacios ya dedicados a la industria petrolera y minera, donde deberían aplicarse, de manera rigurosa, «los mejores estándares ambientales y de responsabilidad corporativa».
De lo que se trata es de identificar «lugares que ya no pueden ser sacrificados» y que, según el plan, suman 35 millones de hectáreas en los territorios amazónicos de Ecuador y Perú.
EFE
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