El diputado opositor Marcelo Freixo pidió este viernes al Ministerio Público que investigue un presunto caso de tráfico de influencias en el que podría haber incurrido Michelle Bolsonaro, esposa del presidente brasileño Jair Bolsonaro.
Freixo, del Partido Socialista Brasileño (PSB), justificó esa demanda en un reportaje publicado este mismo viernes por la revista Crusoé, según la cual la primera dama habría ejercido su influencia para que empresas de amigos y de activistas de ultraderecha tuvieran acceso a créditos subsidiados de la estatal Caixa Económica Federal.
Al mismo tiempo, el partido conservador Novo exigió explicaciones sobre ese asunto al Ministerio de Economía, del cual depende ese banco público.
Según Crusoé, que obtuvo documentos oficiales sobre algunos de los casos, los créditos eran parte de unos planes especiales que el Gobierno adoptó el año pasado para intentar minimizar el impacto de la pandemia de covid-19 en las pequeñas y medianas empresas.
«Desde el gabinete de la primera dama, Michelle Bolsonaro, salían pedidos para que la Caixa Económica Federal, operadora del sistema de socorro subsidiado por el Gobierno, atendiera a un selecto grupo de empresas», dice la revista.
Entre los beneficiarios de esas supuestas maniobras figuran la peluquera particular de la primera dama, su florista «preferida», «la confitera que le suministra los postres», un promotor de eventos que organiza las fiestas de la familia y algunas empresas del ramo de la moda que la tienen como clienta.
En algunos documentos obtenidos por Crusoé, que incluyen correos electrónicos, los pedidos para agilizar los créditos, dirigidos a la dirección del banco, aclaran que el asunto ya había sido conversado telefónicamente «por la señora Michelle y el señor Pedro Guimaraes», presidente de la Caixa.
«Fue un hecho tan fuera de lo común que los propios auditores del banco lo descubrieron en poco tiempo», al detectar lo que Crusoé califica de «lista VIP» de empresas solicitantes.
«La lista VIP de la primera dama tuvo tratamiento VIP por parte del banco», agrega la revista, según la cual los pedidos fueron tramitados con una «extraña» celeridad.
El presidente Bolsonaro se ha mantenido en silencio sobre el caso, igual que la primera dama, que ya había sido salpicada en el pasado por otros asuntos de corrupción en los que supuestamente estarían algunos de los tres hijos que el mandatario tuvo en un matrimonio anterior.
El más sonado, aún bajo investigación, se refiere a depósitos detectados en la cuenta bancaria de Michelle por valor de 89.000 reales (unos 18.000 dólares) y hechos por un antiguo asesor de la familia acusado de blanqueo de dinero y otros delitos que trabajaba con el hoy senador Flavio Bolsonaro, primogénito del mandatario.