El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, dijo este jueves en un duro discurso contra Pekín que el objetivo de Washington es «inducir el cambio» en China, ya que el mundo no puede considerarse seguro hasta que se den cambios en ese país, con el que Washington mantiene unas relaciones cada vez más tensas.
Por ABC
«Las naciones libres del mundo debemos inducir un cambio en el comportamiento del Partido Comunista de China (PCC) de maneras más creativas y asertivas, porque las acciones de Pekín amenazan a nuestro pueblo y nuestra prosperidad», señaló Pompeo en un discurso en la biblioteca del Presidente Richard Nixon, en California.
Parafraseando a Nixon (1969-1974), que inició la apertura de relaciones con Pekín, Pompeo aseguró que EE.UU. debe «inducir al cambio» a China y reiteró que la apertura no ha satisfecho las expectativas estadounidenses, al tiempo que rechazó que la «supremacía del PCC» sea el futuro.
Pompeo puso como ejemplo la violación de derechos humanos en Xinjiang y las libertades en Hong Kong y no olvidó recurrir a la pandemia de Covid-19.
«Aquí estamos hoy con máscaras y vigilando el conteo de muertes de la pandemia porque el PCC con cumplió las promesas al resto del mundo», apuntó.
«Debemos desconfiar y verificar en lo que respecta al PCC», aseguró el secretario de Estado, echando mano de un proverbio ruso que el presidente Ronald Reagan utilizó durante la Guerra Fría para enmarcar sus relaciones con la Unión Soviética.
«Llevamos décadas en las que Estados Unidos no responde a las agresiones chinas», aseguró Pompeo, que no ahorró en críticas al régimen de Pekín, que dijo que está repitiendo errores de los soviéticos en sus relaciones internacionales.
La escalada dialéctica del secretario de Estado se da en la víspera de que el personal diplomático chino del consulado de China en Houston (Texas) tenga que abandonar la legación a instancias de Washington, que acusa a la misión de participar en espionaje económico y fraude de visados.
En opinión de Pompeo, el consulado era un «centro de espías y de robo de propiedad intelectual».
La decisión es una consecuencia de la imputación por parte del Departamento de Justicia de dos hackers chinos, con lazos con la inteligencia de aquel país, que intentaron obtener datos secretos sobre el desarrollo de las vacunas contra el coronavirus en sendas empresas estadounidenses en Maryland y Massachusetts.
«La ambición última de los mandatarios de China no es comerciar con Estados Unidos. Es asaltar Estados Unidos. China nos ha arrancado nuestra valiosa propiedad intelectual y secretos industriales», añadió Pompeo, que con este lenguaje aleja a la Administración del presidente Donald Trump de una desescalada con Pekín.
Asimismo, acusó de destruir la cadena de suministro estadounidense y de incluir «mano de obra esclava», en posible referencia a la explotación de musulmanes de etnia uigur en la provincia autónoma de Xinjiang.
«El pueblo estadounidense no va a permitir que nuestro trabajo económico, nuestro talento sea robado por el Partido Comunista Chino», aseveró Pompeo.
En opinión del jefe de la diplomacia estadounidense, el Ejército Popular Chino existe no para «defender al pueblo chino», sino para «expandir el imperio chino», principalmente en su fronteras marítimas.
Con información de EFE
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