La presidenta del Senado de Chile, la democratacristiana Yasna Provoste, confirmó este viernes su candidatura de cara a las elecciones presidenciales del próximo 21 noviembre, un anuncio que era esperado dentro de la carrera para relevar al actual presidente, el conservador Sebastián Piñera.
EFE
«Acepto este desafío porque aquellos que queremos transitar en paz y queremos transformaciones profundas para Chile somos muchos más que quienes creen en la violencia», dijo Provoste desde Atacama, su región natal (al norte) en un guiño hacia la descentralización.
Su candidatura, sobre la que se especulaba desde hacía meses, trastocó el rompecabezas político de cara a las presidenciales, y dejó con tres aspirantes a Unidad Constituyente, un pacto de partidos tradicionales de izquierda y centro, que debe ahora decidir si lleva a cabo unas primarias para presentar una sola propuesta.
La democratacristiana agregó que está «abierta a cualquier mecanismo de elección abierto y participativo» para que el pacto elija entre ella, la socialista Paula Narváez -cuya candidatura ha sido impulsada por la expresidenta Michelle Bachelet-, y Carlos Maldonado, del Partido Radical.
De ascendencia indígena diaguita, Provoste fue ministra de Planificación durante el Gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006) y ministra de Educación durante el primer mandato de la socialista Bachelet (2006-2010).
Permaneció en el cargo durante dos años, en los que enfrentó una gran ola de protestas estudiantiles, hasta que en 2008 fue destituida por supuestas irregularidades en subvenciones escolares denunciadas por la derecha.
Ha sido diputada, senadora y, desde marzo de 2021, máxima autoridad de la Cámara Alta, desde donde ha promovido los derechos humanos y defendido causas sociales como el matrimonio igualitario, y un cargo que la ha catapultado al podio de las figuras políticas mejor valoradas del país.
PIDEN SU RENUNCIA A LA PRESIDENCIA DEL SENADO
Tras conocerse la candidatura de Provoste, la coalición oficialista de partidos de derechas, Chile Vamos, pidió a través de un comunicado que deje su cargo de presidenta del Senado «para resguardar el rol institucional» de ese cargo.
«Los máximos representantes de los tres poderes del Estado debe seguir siendo un papel institucional que no puede estar condicionado por intereses electorales», señala el texto.
Al respecto, Provoste respondió que «no está definido» que vaya a dejar la Presidencia del Senado porque, según dijo, tiene «muy claras» sus responsabilidades y quiere cumplir con ellas».
Chile vive desde 2019 una fuerte crisis social, política e institucional, con un presidente conservador que alcanzó el mínimo histórico de aprobación en abril, del 9 %, y cuyo sucesor, que tomará posesión en marzo de 2022, enfrentará la tarea de implementar las normas de una eventual nueva Constitución.
En la carrera por llegar a La Moneda (sede de Gobierno) también están los candidatos que vencieron en las primarias del pasado domingo: el líder estudiantil del Frente Amplio (FA) Gabriel Boric (de izquierdas) y el independiente Sebastián Sichel, el único candidato de derechas.
Boric y Sichel, los únicos aspirantes nacidos después de golpe de Estado de Augusto Pinochet (1973), se impusieron contra todo pronóstico a pesos pesados de la política chilena y su victoria fue interpretada por los expertos como un cambio generacional.
Los partidos de la UC, que se han repartido el poder con la derecha durante los últimos 30 años, quedaron fuera de las primarias oficiales tras vivir el pasado mayo uno de sus mayores fracasos electorales: solo obtuvieron 25 de los 155 escaños del órgano que redactará la nueva Constitución y un puñado de alcaldías.
El resto de partidos y candidaturas independientes tienen hasta el 23 de agosto tienen para oficializar sus propuestas presidenciales.
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