El presidente de Irak, Barham Salí, ha manifestado este miércoles que «la lucha contra el terrorismo continúa» en el país pese a la derrota militar de Estado Islámico en diciembre de 2017 y ha pedido ayuda internacional para el regreso de los yazidíes desplazados a causa de la campaña de genocidio de los yihadistas.
Europa Press
«Derrotamos con éxito al terrorismo y liberamos nuestras ciudades», ha dicho, antes de dar las gracias a la coalición internacional liderada por Estados Unidos y los países vecinos, si bien ha recalcado que «hay células durmientes aquí y allá en los desiertos del país».
«No podemos subestimar los peligros del regreso de los grupos terroristas y la reconstitución de sus restos», ha manifestado, al tiempo que ha argüido que «toda languidez, complacencia o distracción con los conflictos regionales permitirá que el terrorismo vuelva a emerger».
El mandatario iraquí ha pedido además «reflexionar sobre el genocidio y las masacres sufridas por los yazidíes, destinadas a borrarles del mapa» y ha reclamado que la comunidad internacional «ayude a Irak a evitar que se repitan estos crímenes».
«Debemos hacer todo lo necesario para garantizar el retorno de los desplazados y los refugiados a sus localidades y aldeas. Ello requerirá del apoyo a nuestros esfuerzos por parte de nuestros amigos de todo el mundo y las organizaciones internacionales», ha argumentado.
Así, ha recordado que «Irak carga con el legado de más de 40 años de guerras, conflicto, sanciones y terrorismo», lo que ha provocado una crisis recrudecida «por el colapso de los precios internacionales del petróleo a consecuencia de la crisis provocada por el coronavirus».
Salí ha hecho además hincapié en la necesidad de hacer frente a la corrupción y las injerencias en la soberanía del país, por lo que ha pedido igualmente ayuda internacional para recuperar los fondos malversados, «en muchos casos para financiar a grupos extremistas ilegales».
«La corrupción es una lacra que muchos países sufren y que ha robado a los iraquíes los frutos de los recursos del país. De hecho, ha ayudado a destruirlos durante muchos años. Los iraquíes están enfadados y resentidos por la corrupción en el país», ha reconocido.
De esta forma, ha vuelto a pedir «una coalición internacional contra el terrorismo» y ha resaltado que «el terrorismo no puede ser eliminado si no se seca su financiación y se pone fin a la corrupción».
En otro orden de cosas, Salí ha hecho hincapié en que las movilizaciones prodemocráticas de los últimos meses, en las que los manifestantes han reclamado además el fin de la corrupción y la injerencia internacional, han provocado el inicio de «un proceso de reforma».
«Es necesario tiempo para lograr los resultados exigidos por la población», ha dicho, antes de destacar que las protestas han supuesto la formación de un nuevo Gobierno encabezado por Mustafá al Kazemi, y «una creciente conciencia de que la situación existente no puede prolongarse».
ELECCIONES «LIBRES Y JUSTAS» EN 2021
Salí ha incidido en que el Ejecutivo «hace frente a una enorme cantidad de responsabilidades, principalmente lograr las reformas políticas, económicas y administrativas fundamentales que se reclaman», según una transcipción de sus declaraciones facilitada por la Presidencia iraquí.
El presidente de Irak ha señalado además que otra de las tareas fundamentales es organizar unas elecciones «libres y justas» en 2021 que partan de una nueva ley «que garantice una representatividad más equilibrada y amplia».
Por otra parte, ha subrayado la importancia de lograr «limitar las armas a las manos del Estado y evitar su posesión ilegal o uso fuera de las instituciones estatales, además de investigar el asesinato de manifestantes y miembros de las fuerzas de seguridad» durante las protestas.
El desarme de las milicias que operan en el país, algunas de ellas respaldadas por Irán y vinculadas al Gobierno iraquí, ha sido otra de las demandas de los manifestantes, especialmente por las denuncias sobre su implicación en diversos abusos de los Derechos Humanos.
«Irak ha tenido suficientes guerras, conflictos y terrorismo. Un Irak independiente que disfrute de la soberanía será un punto de encuentro para los intereses comunes de los pueblos y países de Oriente Próximo y un punto de inicio para un sistema regional fundamentado en la cooperación económica y la seguridad mutua a la hora de luchar contra el terrorismo y el extremismo», ha remachado.
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