Además de recuperar su operatividad, la empresa debe lidiar con los daños reputacionales causados por su vínculo con el régimen venezolano.
Humberto Andrade | Primer Informe
La junta directiva de la empresa Monómeros rindió cuentas de su primer año al frente de esa empresa ante la Asamblea Nacional de Venezuela.
Monómeros, filial de Pequiven, entró bajo el control del gobierno interino presidido por Juan Guaidó, a mediados de 2019.
El presidente encargado instruyó en días pasados a sus colaboradores para que presentaran balances de sus gestiones referentes al resguardo de los activos de Venezuela en el exterior.
Desde que el gobierno interino tomó control de Monómeros, son varios los logros que se apuntan. Según informó Carmen Elisa Hernández, presidenta de la junta directiva de esa empresa, bajo la nueva administración se han vuelto a generar utilidades netas. Se espera que este año ese balance a favor esté por el orden de los 2 millones de dólares.
Poner orden en Monómeros ha sido lo más complicado. La anterior directiva, encabezada por Pedro Lugo, quien era gerente general de la empresa, había llevado la empresa a una situación financiera insostenible.
Lugo ha sido denunciado penal y administrativamente por lo que se considera fueron actos irregulares de su gestión, dijo Hernández.
Además de eso, se encontraron con una empresa prácticamente intervenida por las autoridades colombianas y cercada internacionalmente por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
Hernández se refirió a la ardua gestión que realizaron ante la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) para obtener las licencias necesarias y continuar operando.
Las cuentas internacionales de la empresa se encontraban congeladas. Actualmente, Monómeros ya puede relacionarse con la banca internacional, efectuar compras de materia prima y procesar pagos sin infringir las sanciones que pesan sobre el régimen venezolano.
Igualmente, las autoridades colombianas vigilaban de cerca la gestión de Monómeros. Cuando la junta directiva nombrada por Guaidó comenzó a trabajar, la empresa estaba bajo el control de la Superintendencia de Sociedades. Ese es un ente regulador que supervisa a todas las corporaciones que operan en Colombia.
Las autoridades colombianas «detectaron el deterioro de la empresa y un cierre representaba un problema social. Se trataba de 1.500 familias que se iban a quedar sin ingresos».
También se había disminuido la producción de fertilizantes lo que representaba un problema para el agro colombiano, agregó Hernández en su comparecencia ante los diputados venezolanos.
Contratos leoninos
Algunos de los contratos firmados por la ex directiva, estaba el alquiler de tres aeronaves que e encontraban en Venezuela y que era de uso exclusivo de los altos directivos designados por el régimen de Maduro.
«A Monómeros solo llegaban las facturas. Se pagaban mensualmente una horas de vuelo mínimas, así no se usaran, más los gastos de aeropuertos». Ese contrato fue rescindido y debió pagar la penalidad.
Igualmente se encuentra en litigio en Colombia la cancelación de contratos con una empresa que manejaba el 70% de los contratos de logística. La empresa además, manejaba gran parte de la operación de Monómeros, y hacía también gestiones de muelles y aduanales.
Otro litigio está en curso contra una empresa de tecnología colombiana que iba a proveer una plataforma SAP para Pequiven en Venezuela pero que iba a ser pagado por Monómeros.
El costo de rescindir ese contrato asciende a 5 millones de dólares, algo que la actual administración quiere evitar pues sería un daño patrimonial considerable para la empresa.
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