Casi al mismo tiempo que Nicolás Maduro era acusado en marzo del 2020 por Estados Unidos, por narcotráfico y corrupción, fiscales estadounidenses también presentaron cargos contra el exdirector de la policía de Honduras, Juan Carlos Bonilla, salpicando al presidente hondureño Juan Orlando Hernández, y también demostrando que los casos del régimen venezolano y el del país centroamericano, no son casos aislados.
Por Primer Informe
Grupos enraizados en el interior del gobierno de Caracas han tenido varios socios en Centroamérica, como se puede evidenciar en las recientes acusaciones de narcotráfico presentadas contra Maduro y otros miembros de su administración.
Maduro salva la plaza de Honduras
A partir del 2009, tras la llegada del Partido Nacional al poder, los grupos de crimen organizado más poderoso de Honduras, como Los Cachiros, el clan Valle Valle y el Cartel del Atlántico, obtuvieron acceso directo a la élite política del país, para casi de inmediato convertir a ese país en el principal puente aéreo de la cocaína procedente de Venezuela, logrando que éstas bandas consolidaran su poder con protección gubernamental y proveedores confiables de cocaína desde Venezuela.
Según un análisis de Insight Crime, fue en 2009, con el derrocamiento de Zelaya, que también comenzaron a proliferar laboratorios de drogas en todo el territorio hondureño.
Para esa época, Diosdado Cabello, Hugo Carvajal, exjefe de inteligencia y el general Cliver Alcalá Cordones, comentaron las posibles consecuencias del derrocamiento del presidente aliado del chavismo. Según la investigación que generó la acusación de Estados Unidos, Cabello habría advertido que la inestabilidad podría «arruinar el negocio». Después de ese encuentro, Maduro viajó a Honduras como ministro de Exteriores para intervenir y evitar que los nuevos sucesos «interrumpieran las actividades de narcotráfico». La gestión de Maduro fue exitosa porque las relaciones de narcotráfico entre los dos países ni se tambalearon.
En 2011 un informe estadounidense estimó que el 25% de la cocaína que entraba a Estados Unidos salía de Venezuela, además las autoridades identificaron a Honduras como el «principal destino» y «principal país de tránsito» de la droga que cruza Centroamérica rumbo a Estados Unidos.
El año siguiente, en 2012, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) identificó a Honduras como el «punto de entrada favorito de la cocaína que se dirige hacia el norte», y que el tráfico aéreo de la frontera entre Colombia y Venezuela había aumentado en sobremanera, mostrando una reorientación, pasando del Caribe a la nación centroamericana tras el golpe de Estado del 2009.
PDVSA y el lavado en El Salvador
Investigaciones realizadas en El Salvador y en Estados Unidos pudieron determinar que José Luis Merino, un poderoso político del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), fue uno de los principales socios de lavado de dinero del régimen de Venezuela.
En 2006, Merino, su hermano Sigfredo y varios alcaldes del país fundaron un conglomerado empresarial que dieron a conocer como Alba Petróleos, que durante 10 años aprovechó dineros provenientes de PDVSA para crear compañías de maletín que se utilizaron para lavar millones de dólares, según una investigación del Ministerio Público salvadoreño.
«La misma investigación también adelantó indagaciones en torno al presidente Nayib Bukele, quien solía ser miembro del FMLN y fue aliado político de José Luis Merino», dice el análisis de Insight Crime.
Tanto el FBI como la DEA han asegurado tener a José Luis Merino como «persona de interés en investigaciones en curso».
José Luis Merino, alias ‘Ramiro’
Merino figura también en una lista de corrupción del Departamento de Estado de EE.UU., por supuestos vínculos con el crimen organizado, por presuntas vinculaciones con el dinero de PDVSA.
Merino, con un pasado guerrillero en El Salvador, mantuvo sus contactos con las FARC de Colombia, el otro grupo narcoterrorista aliado del régimen criminal de Venezuela.
«Ramiro Vásquez» -alias de Merino- fue uno de los señalados en los hallazgos de la computadora de Raúl Reyes, vinculado con tráfico de armas desde Venezuela, a inicios del 2000.
Marino y Maduro se encuentran distanciados después de que comenzaran a investigarlo por unos 600 millones de dólares que desaparecieron de las cuentas de Alba Petróleos y PDVSA.
Ideología y cocaína en Nicaragua
Según una investigación de Connectas en 2019, Alba de Nicaragua (Albanisa), filial de PDVSA, fue uno de los principales frentes de Daniel Ortega para mantenerse en el poder usando dinero venezolano.
En 2018, el Departamento del Tesoro había sancionado a Francisco López Centeno, aliado de Ortega y vicepresidente de Albanisa, por malversar fondos estatales y obtener de manera ilícita contratos gubernamentales.
Se han hecho públicas severas irregularidades financieras en Albanisa, como los ingresos que fuentes internas y protegidas denominan «ingresos del lavado de dinero y un ciclo de apoyo financiero que involucra a funcionarios corruptos de Venezuela y organizaciones de narcotráfico», como las FARC.
En la reciente acusación de Estados Unidos contra el cartel de Maduro-FARC, se reseña que en 2009 Maduro, Cabello y Carvajal se reunieroncon un representante de las FARC para discutir un cargamento de cuatro toneladas de cocaína que supuestamente Cabello había permitido a los guerrilleros enviad a Venezuela, «donde un jet estaría esperando para transportar la cocaína a Nicaragua y luego enviarla a México e ingresarla a Estados Unidos».
En la denuncia de Estados Unidos, Albanisa fue el vehículo que la guerrilla y los miembros del régimen venezolano usaron para blanquear el dinero del narcotráfico.
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