El guion de la vertiginosa recuperación del poder en Afganistán por parte de los talibanes se gestó mucho antes de la toma de Kabul el domingo.
Por BBC MUNDO
El 29 de febrero de 2020, el gobierno de Estados Unidos, presidido por Donald Trump, y los talibanes firmaron en Doha, Qatar, el acuerdo que fijó un calendario para la retirada definitiva de Estados Unidos y sus aliados tras casi 20 años de conflicto.
A cambio se firmó el compromiso de los talibanes de no permitir que el territorio afgano fuese utilizado para planear o llevar a cabo acciones que amenazaran la seguridad de Estados Unidos.
Se le llamó oficialmente Acuerdo para Traer la Paz a Afganistán, aunque de momento su único resultado observable es la caída del gobierno afgano, con la salida del presidente Ashraf Ghani del país, y el temor a que los talibanes restauren el régimen integrista que impusieron en Afganistán antes de la invasión occidental.
Muchos expertos creen que el retorno de los talibanes es consecuencia del Acuerdo de Doha. «Aquello no fue un acuerdo de paz, fue una rendición», le dijo a BBC Mundo Hussain Haqqani, director para Asia Central y Meridional del Instituto Hudson y ex embajador de Pakistán en Estados Unidos.
Qué se acordó en Doha
El acuerdo fijó un calendario para la retirada de las tropas de Estados Unidos y sus aliados internacionales en un plazo de 14 meses desde que se anunciara el acuerdo.
Washington se comprometía igualmente a levantar las sanciones que había impuesto sobre líderes talibanes.
A cambio, Washington obtenía el compromiso de que los talibanes no permitirían «que ninguno de sus miembros, ni otras personas o grupos, incluida al-Qaeda, usen el territorio afgano para amenazar la seguridad de Estados Unidos y sus aliados».
Igualmente, se establecía que los talibanes y el gobierno afgano entablarían después las llamadas negociaciones entre afganos, que deberían desembocar en un alto el fuego y un acuerdo definitivo sobre el futuro político del país.
Los talibanes incluyeron al final de la negociación la exigencia de un acuerdo de liberación de prisioneros, que fue finalmente incluida. Hasta 5.000 prisioneros talibanes y 1.000 funcionarios del gobierno afgano presos de los talibanes serían liberados.
Qué falló en el Acuerdo de Doha
Para Laurel Miller, diplomática estadounidense retirada y directora del Programa de Asia del International Crisis Group, un centro de análisis, «nada de lo que está pasando es sorprendente».
Haqqani, por su parte, asegura que «lo único que acordaron los talibanes fue una retirada estadounidense».
«Dijeron: ‘De acuerdo, comenzaremos un diálogo con el gobierno afgano’. Pero nunca se lo tomaron en serio».
El hecho es que el gobierno afgano cayó antes de que el diálogo con los talibanes produjera el alto el fuego previsto y un acuerdo definitivo. E incluso la violencia se recrudeció en los meses posteriores al acuerdo, según algunos observadores, debido al interés de los talibanes en controlar el mayor territorio posible y ganar fuerza de cara a esas negociaciones inconclusas.
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El Acuerdo de Doha se basaba en la premisa, repetida por el gobierno de Joe Biden y de su antecesor, Donald Trump, de que serían las fuerzas de seguridad afganas las que tomarían el control de la situación después de la retirada occidental.
Pero las capitales afganas fueron cayendo en los últimos días en manos de los talibanes sin apenas resistencia de las fuerzas estatales, en cuyo entrenamiento y equipamiento invirtió Estados Unidos millones de dólares en los últimos años.
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