La fase del sueño retrasada es un trastorno del sueño del reloj interno, es decir, del ritmo circadiano. Este padecimiento también es conocido como trastorno del sueño con fase retrasada de sueño y vigilia.
Un caso de la fase del sueño retrasada ocurre cuando el patrón de sueño se retrasa dos horas o más que un patrón convencional de sueño, lo que genera que te duermas más tarde y te despiertes más tarde.
Diagnóstico
Para diagnosticar la fase del sueño retrasada, el médico posiblemente revise los antecedentes médicos y familiares del paciente, además de que le realice un examen físico.
El médico puede solicitar varias pruebas para diagnosticar la afección o cualquier otra afección relacionada, tales como la actigrafía, un diario del sueño o una polisomnografía.
La actigrafía es una prueba en la que se usa un dispositivo pequeño para registrar el comportamiento del paciente durante el ciclo de sueño y vigilia en casa.
Es posible que el médico pida que se lleve un diario del sueño en el que se registren los horarios diarios en que se duerme y en los que se está despierto a fin de que se puedan indicar tus patrones de sueño.
Si el médico sospecha que se tiene un trastorno del sueño distinto, es posible que solicite una polisomnografía. Para realizar esta prueba, se debe permanecer en un centro de sueño durante una noche.
La polisomnografía controla la actividad cerebral, la frecuencia cardíaca, los niveles de oxígeno, los movimientos oculares y la función respiratoria mientras se duerme.
Tratamiento
En caso de ser diagnosticado por un médico con el trastorno de la fase del sueño retrasada, el tratamiento se basa en la creación de un plan para tratar la afección que consta de varios puntos.
Primero, el médico buscará que el paciente tenga una “higiene del sueño”, es decir, mantener un horario de sueño regular, evitar la cafeína y las actividades estimulantes cerca de la hora de acostarse, así como evitar el tabaco y el alcohol.
Otras de las recomendaciones para tener una “higiene del sueño” es usar el dormitorio únicamente para dormir y tener relaciones sexuales. También es útil hacer ejercicio en la mañana y evitar el ejercicio moderado a intenso cerca de la hora de acostarse.
Los médicos pueden recetar un suplemento a base de melatonina que se deberá tomar al anochecer para ayudar a ajustar el ritmo circadiano.
Parte del tratamiento podrá incluir la fototerapia, es decir, exponer al paciente a la luz de la mañana, lo que puede ajustar el reloj interno del sueño, es decir, el ritmo circadiano.
Finalmente, está la cronoterapia, donde los médicos pueden recetar un horario de sueño que retrasa la hora de dormir de una a 2.5 horas cada seis días, hasta llegar a alcanzar la horario deseado. Una vez que se establece, se debe mantener el horario de sueño.
Con información de Mayo Clinic
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