Al mismo tiempo, el grupo requiere de un claro liderazgo religioso y militar para atravesar una etapa actual caracterizada por la clandestinidad y la constante presión de los servicios de inteligencia de numerosos países, muy lejos de los tiempos en los que ejercía como autoridad de de facto sobre millones de personas.
En agosto el mismo Al Baghdadi había presuntamente designado a Abdullah Qardash, un ex militar iraquí que sirvió al dictador Saddam Hussein, como encargado de los “Asuntos Musulmanes” del grupo, lo que para muchos significó un anuncio sucesorio, más aún considerando que el famoso portavoz del grupo, Abu Hassan al-Muhajir, murió también el sábado en otro operativo de Estados Unidos.
El ascenso de Qardash, también conocido como Hajji Abdullah al-Afari, habría aparecido en su momento en un comunicado de Amaq, la agencia de noticias del ISIS, aunque el grupo nunca lo confirmó oficialmente y han surgido dudas sobre la veracidad del reporte.
Según un agente de intelencia de alto rango, de identidad y afiliación desconocida, citado por la revista estadounidense Newsweek, Qardash ya había tomado las riendas del ISIS en el día a día mientras Al Baghdadi permanecía como líder simbólico.
“Al Baghdadi era un mascarón de proa. No estaba involucrado en las operaciones diarias, todo lo que hacía era decir sí o no, sin ningún planeamiento”, indicó esta fuente, quien agregó que era esperable que los terroristas lanzaran una campaña de venganza, especialmente aprovechando el caos naciente, una vez más, en Siria con las operaciones turcas en territorios kurdos y en Irak, sacudido por masivas protestas.
Mientras que Edmund Fitton-Brown, coordinador del grupo de monitoreo del ISIS en las Naciones Unidas, aseguró en abril que el grupo seguía siendo liderado por Al Baghdadi, “con un pequeño y disperso grupo de líderes delegados, que estaba llamando a los combatientes a volver a Irak para unirse a la red en ese país”. “La red está siendo instalada a nivel provincial con una estructura de células (…), el objetivo era sobrevivir, consolidar y resurgir en su zona núcleo”, agregó en una entrevista con el Centro de Combate al Terrorismo de la Academia Militar de West Point, en Estados Unidos.
Al igual que Al Baghdadi, Qardash pertenece a la tribu al Badri/Qurayshy podría proclamar su descendencia de Mahoma, sea real o no.
De acuerdo a la Escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam (RSIS) de la Universidad Tecnológico de Nanyang, en Singapur, Qardash nació en Tal Afar, noreste de Irak, en una comunidad sunita. Cursó estudios islámicos en Mosul y sirvió en el ejército iraquí durante la dictadura de Saddam Hussein.
Entró en contacto con Al Baghdadi en 2004, cuando ambos pasaron un tiempo como prisioneros en Camp Bucca, un centro de detención montado por Estados Unidos en la ciudad de Basora tras la invasión de Irak en 2003. Fue de hecho en Camp Bucca donde se cree que el fallecido líder del ISIS forjó la mayoría de los contactos con los que luego, tras ser liberasdo, fundaría el Estado Islámico en Irak, predecesor del ISIS.
Qardash cumpliría con todos los requisitos para competir por el liderazgo del ISIS (linaje, experiencia militar y conocimientos islámicos), pero no es el único dentro del grupo. Amir Muhammad Said Abdal-Rahman Al Mawla, Sami Jasim Muhammad Al Jaburi y Mu’taz Numan ‘Abd Nayif Najm Al Jaburi, estaban también la lista de posible sucesores realizada por el Departamento de Estado, de acuerdo a RSIS.
Aunque ninguno, ni tampoco Qardash, tiene el carisma o la capacidad de liderazgo, y reclutamiento, de Al Baghdadi, quien mantuvo un férreo control sobre el grupo evitó hacer planes precisos para la sucesión. “No hemos detectado ningún plan al respecto”, indicó Fitton-Brown.
El sábado el líder máximo del ISIS hizo estallar el cinturón explosivo que portaba al verse acorralado por miembros de las Fuerza Especiales de Estados Unidos en su refugio en el noroeste de Siria, según anunció el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Qardash parece el candidato natural para mantener las operaciones en marcha, pero es difícil que pueda ser ungido como nuevo “califa” o líder carismático del grupo.
Al Baghdadi había hecho una primera y ya famosa aparición pública en 2014, anunciando la creación del “califato” desde la mezquita de Al Nuri en Mosul, norte de Irak, para luego desaparecer durante años en los que se comunicó a través de grabaciones de audio y textos cuya autenticidad era imposible de confirmar.
A pesar de que el ISIS crecía como Estado en las tierras conquistadas en Siria e Irak, y tenía en Raqqa su “capital”, no había un asiento de gobierno con Al Baghdadi a la cabeza. El máximo líder terrorista y responsable de brutales ejecuciones y atentados terroristas en casi todo el planeta vivió siempre escondido, temeroso de un ataque como el que finalmente terminó con su vida el sábado.
Esto alimentó rumores de todo tipo y fue declarado muerto numerosas veces. Por ello en abril Al Baghdadi volvió a mostrarse, por primera vez desde 2014, desde su escondite, en ese entonces desconocido y luego de haber sido presuntamente herido en un intento de asesinato.
En esta ocasión, Estados Unidos dice haber confirmado con una prueba de ADN la identidad del cadáver. Y aunque el ISIS no ha reconocido aún la muerte de su jerarca, muchos de sus seguidores ya han estado reaccionando a la noticia.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.