Organizaciones sociales y políticas retomaron el martes 24-S los cortes de calles en Buenos Aires y distintas provincias para exigir más ayuda económica, protestas que fueron criticadas por el gobierno.
Grupos izquierdistas se congregaron en tres de los principales accesos a la capital ante una fuerte presencia policial y luego se concentrarán en la Plaza de Mayo, frente a la casa de gobierno, en un acto central de protesta. También estaban previstas manifestaciones en provincias como Jujuy, Salta, Entre Ríos, Mendoza, San Juan, Santiago del Estero y Chubut.
Los manifestantes reclaman la apertura de negociaciones salariales y aumentos de las jubilaciones para contrarrestar la inflación y la reincorporación de los trabajadores despedidos en un marco de creciente tensión social de cara a las elecciones generales del 27 de octubre, en las que la reelección del conservador Mauricio Macri está cada vez más en duda.
“Macri, basta FMI”
Algunos de los participantes portaban grandes banderas con los nombres de los grupos izquierdistas en los que están enrolados, como el Polo Obrero y el Movimiento Socialista de los Trabajadores, y carteles que rezaban “Trabajo genuino” y “Macri, basta FMI” en referencia al organismo que hizo un préstamo de más de 56.000 millones de dólares al país en 2018 y que exige a cambio un severo ajuste para equilibrar las cuentas.
En la concentración en el acto central exigirán además un paro nacional de 36 horas a las principales centrales sindicales.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, afirmó que el gobierno procurará que las principales vías nacionales no queden bloqueadas y que no “tolerará provocaciones”. En tanto, el ministro de Justicia, Germán Garavano, sostuvo que este tipo de manifestaciones “son una expresión de política partidaria” y van “contra la democracia”.
Las protestas con cortes y acampes en la vía pública se intensificaron luego de la contundente derrota que sufrió Macri ante el kirchnerista Alberto Fernández en las primarias de agosto. Fernández va acompañado en la fórmula electoral por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), en cuyo primer mandato se desempeñó como jefe de Gabinete.
La devaluación de más de 20% del peso argentino luego del resultado electoral -que se debió en gran parte al temor de los inversores al regreso al poder del populismo kirchnerista- conllevó un recalentamiento de los precios de productos básicos.
En los primero ocho meses del año el alza de los precios de alimentos y bebidas fue de 33,3%.
AP
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.