La reina Isabel II hizo este martes una visita sorpresa a la estación londinense de Paddington para ver la nueva línea de metro que lleva su nombre antes de su inauguración al público el próximo día 24, según indicó un portavoz del palacio de Buckingham.
La línea isabelina – Elizabeth Line – unirá de forma rápida el oeste y el este de la capital, tras culminar un proyecto -denominado Crossrail- que se remonta a más de dos décadas y que ha estado plagado de dificultades técnicas y presupuestarias.
La monarca, de 96 años, que raramente desempeña compromisos públicos fuera de sus residencias, estuvo acompañada hoy de su hijo pequeño, el príncipe Eduardo, duque de Wessex.
La asistencia de la reina, que sufre problemas de movilidad, no se había anunciado públicamente de antemano, si bien se había alertado a los organizadores de que podría ocurrir.
La visita de la reina se produce tras haber acudido el pasado viernes a presenciar un espectáculo hípico, el Show de Windsor, y de que el domingo fuera la invitada de honor de otro espectáculo de caballos, A Gallop Through History, cerca de Windsor.
El del domingo era el primer gran acto encuadrado dentro de las festividades previstas para el Jubileo de Platino -sus 70 años en el trono-, que se celebra en dos semanas.
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«En un feliz acontecimiento, Su Majestad la Reina asiste al evento previsto para hoy para marcar la conclusión de la Línea Isabel», indicó una portavoz real, que agregó que «la reina tenía constancia de este compromiso y los organizadores habían sido informados de que existía la posibilidad de que fuera a acudir«.
El evento supone la primera salida oficial de Isabel II fuera del área de Windsor desde que acudió al servicio en memoria de su esposo, el príncipe Felipe, en la Abadía de Westminster, en Londres, hace siete semanas.
En la estación de Paddington la monarca fue recibida por el primer ministro británico, Boris Johnson, el alcalde de Londres, Sadiq Khan y el comisario de Transport for London -empresa gestora del transporte público-, Andy Byford.
Durante la vista, los políticos se reunieron con personal que ha sido clave en el proyecto y que estará encargado de su gestión, entre los que había conductores de trenes, personal de estaciones y aprendices.
A lo largo de estos años Crossrail, que debía haberse completado en diciembre de 2018, ha sufrido varios retrasos, problemas en torno a su coste y complicaciones por la instalación de sistemas de señalización.