Las autoridades de la República Democrática del Congo (RDC) confirmaron este sábado un nuevo caso de ébola en la ciudad norteña de Mbandaka, la capital de la provincia de Équateur, informó a Efe una fuente sanitaria.
“Después del análisis de unas muestras de un paciente con síntomas, el Instituto Nacional de Investigaciones Biológicas (INRB, por sus siglas en francés) nos confirmó esta mañana que se trataba de ébola”, dijo a Efe el coordinador de los programas contra esta enfermedad en la RDC, Steave Ahuka
“Estamos asistiendo a un nuevo resurgimiento del ébola en la provincia de Équateur”, añadió Ahuka.
Sin embargo, Ahuka pidió a la población que no entrase en pánico, pues las autoridades congoleñas han desplegado en la zona de inmediato un equipo de expertos para gestionar el brote.
El pasado jueves, el paciente que levantó las alarmas de las autoridades sanitarias -un hombre de 31 años- empezó a sangrar persistentemente mientras era atendido en el hospital general de referencia de Wangata.
El varón había presentado algunos síntomas de la enfermedad, como fuertes dolores de cabeza y fiebres- desde el pasado 5 de abril, pero, a pesar de los tratamientos médicos que recibió desde entonces, su situación no mejoró.
En este momento, las autoridades buscan a unas 30 personas que han tenido contacto directo con el paciente desde que empezó a mostrar los primeros síntomas, indicó Ahuka a Efe.
Este es el primer caso de ébola registrado en RDC desde que la Organización Mundial para la Salud (OMS) anunciase el 16 de diciembre de 2021 el fin del decimotercero y último brote de la enfermedad en el país, que provocó once casos y seis muertos en la provincia nororiental de Kivu del Norte.
Desde 2018 hasta 2020, el noreste de RDC -las provincias de Kivu del Sur, Kivu del Norte e Ituri- vivió su peor brote de ébola, con al menos 2.299 muertos, según los últimos datos de la OMS.
La enfermedad del ébola, descubierta en 1976 en la RDC -entonces llamada Zaire-, se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados.
Esta fiebre causa hemorragias graves y puede alcanzar una tasa de mortalidad del 90 %. Sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa, y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos.
Desde 2014 a 2016, esta enfermedad provocó la muerte de unas 11.300 personas en el oeste de África -Guinea-Conakri, Liberia y Sierra Leona-, si bien la OMS advirtió que estas cifras pueden ser conservadoras. EFE
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