Manuel Marrero, el hijo del flamante Primer Ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, nombrado este sábado por la Asamblea Nacional, lleva una vida de lujos y viajes nada común en una isla donde el salario medio mensual apenas llega a $40.
El vástago del hasta ahora ministro de turismo no oculta sus estadías en caros hoteles por toda la isla, paseos en bote, comidas caras, vuelos en el jet privado de los gobernantes cubanos y hasta fiestas de halloween.
Su cuenta de Instagram es un rosario de fotografías de cosas prohibidas para la mayoría de los jóvenes de su edad, muchos de los cuales ni siquiera conocen lo que es un mojito, un trago típico cubano, del que Marrero parece ser especialmente devoto.
“Volando de regreso a casa”, escribió Marrero, de 27 años, acompañando publicación con varias instantáneas donde aparece acompañado de Mariam Ramos, quien según el portal Cibercuba, es su hermana materna.
Marrero, quien se define como “amante de los viajes, del maquillaje y adicto a la fotografía”, es de los pocos en viajar en el jet privado, regalo del fallecido gobernante de Venezuela, Hugo Chávez, a sus pares cubanos.
Al joven Marrero, graduado en “estudios socioculturales” se le puede ver en el hotel Sol Río de Luna y Río Mares, en Guardalavaca, cuya propiedad está en litigio tras la activación del Título III de la Ley Helms-Burton.
También es común su presencia en cenas nocturnas en centros recreativos en moneda dura y compartiendo tragos con amigos en la Bodeguita del Medio de la provincia de Holguín. Marrero es “especialista comercial” en la agencia de viajes Gaviota Tours, perteneciente a las Fuerzas Armadas.
La vida de lujos de los hijos y nietos de dirigentes cubanos, celosamente silenciada durante décadas, es cada día más difícil de esconder por el incremento de las redes sociales. Los dirigentes de la isla por décadas han pedido a los cubanos austeridad y sacrificios en nombre de un ideal de igualdad.
Esta semana se conoció que mientras el secretario del Consejo de Estado de Cuba, Homero Acosta Álvarez, dedicaba largas horas en la televisión nacional para convencer a los cubanos de votar por una “nueva” constitución que reafirmara el poder del Partido Comunista, su hijo, Alex Acosta Aldaya, disfrutaba de Nueva York, donde reside, lejos de las dificultades económicas de un país sumido por décadas en la crisis.
El blog Cuba al Descubierto se ha dedicado a investigar a algunas de las principales figuras del poder en Cuba y sus conexiones familiares y ha revelado esta semana que Gustavo Ricardo Machín Gómez, embajador de Cuba en España, también tiene un hijo viviendo “en las entrañas del monstruo”, como llaman a Estados Unidos los dirigentes comunistas de la isla en alusión a una frase del Apóstol de Cuba, José Martí.
La vida de opulencia de la alta clase dirigente cubana ha sido documentada ampliamente por los medios independientes.
Tony Castro, nieto del fallecido gobernante Fidel Castro, causó revuelo a principios de año cuando compartió fotos de paseos por la Riviera Maya, una visita a la Sagrada Familia en Barcelona, un BMW, comidas caras y hasta un paseo en yate, algo prohibido para los cubanos que residen en la isla.
Antonio Castro, padre del joven e hijo de Fidel Castro, es médico del equipo nacional de béisbol. Antonio viajó en 2015 a la isla de Mykonos, en Grecia, y luego a Bodrum, en Turquía, a bordo de un lujoso yate. Alquiló cinco suites en uno de los hoteles más caros y para colmo sus guardaespaldas hirieron a un reportero turco que intentaba cubrir su estancia en la península de Anatolia.
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