La Justicia rusa declaró hoy en busca y captura a Leonid Volkov, estrecho aliado del líder opositor, Alexéi Navalni, por los llamamientos a que menores de edad participaran en las multitudinarias protestas antigubernamentales del pasado 23 de enero.
Volkov, que se encuentra en el extranjero, es acusado de instigar a menores de edad a cometer «actos ilegales», delito contemplado por el artículo 151,2 del código penal, según informó Svetlana Petrenko, portavoz del Comité de Instrucción de Rusia (CIR) a la prensa local.
El CIR asegura haber recabado pruebas en las que el jefe de la red regional de Navalni se dirige por vídeo a los partidarios del líder opositor que aún no han cumplido los 18 años.
La acusación insiste en que Volkov puso en peligro la seguridad y la vida de los menores en condiciones de pandemia de coronavirus.
Las autoridades estiman en unos 300 los menores detenidos en todo el país durante las protestas del pasado sábado, algunos de los cuales han sido acusados de agredir a agentes antidisturbios.
La oposición, que ha sido acusada de «pedofilia política» por la televisión pública rusa, ha negado categóricamente que haya exhortado a los jóvenes a participar en sus manifestaciones, cuanto más a cambio de una remuneración económica.
El CIR ha incoado también varios casos penales por violación de las normas sanitarias contra, entre otros, el hermano de Navalni, Oleg; su mano derecha, Liubov Sóbol, y su médico, Anastasía Vasíliev, todos detenidos.
Según sus abogados, la policía ha pedido al tribunal Tverskói que hoy estudia dicha caso que les imponga el arresto domiciliario con el fin de que no puedan participar en la nueva jornada de protestas convocada por la oposición para este domingo.
En el caso de Moscú, la oposición quiere comenzar la marcha opositora desde la plaza de Lubianka, donde se encuentra la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), al que Navalni acusa de envenenarle con el agente químico Novichok.
La Justicia rusa rechazó el jueves el recurso contra el arresto de Navalni, en prisión preventiva por 30 días desde su regreso de Alemania.
Además, las fuerzas de seguridad han lanzado en los últimos días un operativo especial de registro y detención de los principales aliados del opositor, una ola de represión denunciada por Amnistía Internacional, que acusó al Kremlin de intentar «acallar sus críticos». EFE
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