Los casos de coronavirus se multiplicaron durante las últimas semanas en España, hasta superar los 560 mil, con un incremento de hospitalizaciones, y la sanidad española se afana para frenar esta segunda ola, con la atención primaria como barrera fundamental para evitar la temida saturación de los hospitales.
EFE
Pese al aumento de casos, el Ministerio de Sanidad afirma que hay una ralentización de positivos en COVID-19 y la letalidad es muy baja, al contrario de lo que pasó al principio de la pandemia.
El fantasma de marzo
“Creo que hay razones suficientes para pensar que lo que se vivió en marzo no se va a volver a vivir”, dijo el doctor Antonio Román, director asistencial del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, quien calificó la situación de entonces como “histórica”.
Como ejemplo, en ese hospital, referente en Cataluña y uno de los más importantes de España, de las mil 100 camas del centro, 700 estuvieron ocupadas por pacientes COVID en marzo, mientras que a principios de septiembre había una cuarentena de pacientes con la enfermedad y una veintena en cuidados intensivos (UCI).
Eso permite un equilibrio entre ingresos y altas, con una ocupación “moderada” del hospital, que no lo bloquea para la actividad normal, y ese “es el gran objetivo” según Román.
Las hospitalizaciones aumentaron en las últimas semanas en España, y en estos momentos, un 7,5% de las camas son de enfermos COVID, frente al 4% de hace veinte días aunque, según el doctor Román, un indicador más claro es el número de pacientes que precisan cuidados intensivos, ya que es una realidad “incontestable”, y más aún, las personas con ventilación asistida.
“El problema fundamental es la capacidad que tengamos en las UCI, es lo que marca toda la política y todas las acciones”, concluye.
Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, hay 8 mil 658 pacientes hospitalizados por COVID-19, 1 mil 181 de ellos en UCI.
Madrid, foco de atención
No es tan optimista el doctor Marc San, médico en la UCI del Hospital de la Princesa en Madrid, quien considera un error la frase que se repite entre los sanitarios madrileños: “volvemos a estar como antes”, porque en marzo tuvieron que afrontar una pandemia con una sanidad que había visto mermados sus recursos durante años.
Ahora, denuncia este intensivista, “el hecho de que vaya mal es una decisión puramente política” porque no se ha realizado “un plan de contingencia digno” o no han sabido comunicarlo a los sanitarios.
La Comunidad de Madrid vuelve a ser la región más afectada por esta segunda ola, concentra un tercio de los nuevos casos y aumentan las hospitalizaciones, con un 18% de camas ocupadas por pacientes covid, más del doble que la media de España.
El doctor San reconoce que se han contratado médicos para cuidados intensivos, pero denuncia una gran precariedad, con muchos “contratos COVID”, que terminan el 31 de diciembre.
Este médico se refiere a la situación de los sanitarios madrileños, donde las malas condiciones en las que trabajan les han llevado a convocar una huelga en la atención primaria para el 28 de septiembre.
“Ojalá haya una huelga, porque al final no podemos trabajar más”, concluyó.
Riesgo de saturación en la atención primaria
En esta segunda ola, con más casos pero menos graves, la atención primaria es fundamental para detectar los contagios en los primeros momentos e impedir la expansión de la enfermedad.
Pero los más 13 mil centros de la atención primaria en España sufren una escasez de personal, que ya viene de lejos, a lo que se suma el agotamiento por los duros meses pasados, aunque la situación no es uniforme en todo el país, ya que la sanidad es competencia de los Gobiernos regionales y cada uno hace su propia gestión.
“La atención primaria probablemente está peor de lo que estaba en febrero, antes de que empezara la primera ola”, declaró el doctor Javier Padilla, médico de atención primaria en Madrid, quien reconoció que en esa región “el sistema está saturado”.
Su propia agenda pasó de tener una cuarentena de pacientes a casi setenta cada día y este incremento es superior en los barrios madrileños más afectados por esta segunda ola, donde los médicos tienen entre ochenta y cien pacientes diarios.
A la atención de pacientes COVID se suma la labor de rastreo y seguimiento de casos, ante la escasez de personal para este fin, los conocidos como “rastreadores”, cuya contratación se retrasó en muchos lugares, como en Madrid.
“Sabemos que si los aumentos de profesionales se hacen acorde con el aumento de los casos, es porque llegamos tarde”, afirmó Padilla.
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