Se siguen conociendo detalles del asesinado cirujano plástico colombiano, Edwin Arrieta, quien perdió la vida el pasado 3 de agosto en manos del chef español Daniel Sancho. El equipo de Infobae Colombia hizo una recopilación de los hechos y declaraciones del cocinero, que confesó ser el asesino, y así se habría perpetrado el crimen contra el médico.
Sancho habría arribado a la paradisiaca isla de Koh Phangan, en el golfo de Tailandia, entre el 31 de julio y 1 de agosto de 2023, y se dirigió al hotel Haad Salad Villa, que está ubicado en Salad Beach, al noreste de la isla. Allí solicitó su bungalow, como se le conoce a las habitaciones de esa zona, que se caracterizan por ser una clase de cabañas amobladas. Según los testimonios, al español le fue asignado el bungalow B.6 del resort.
Sancho habría visitado varios lugares de la isla, antes de encontrarse con Edwin Arrieta un día después. De hecho, versiones entregadas por el español aseguran que llegó a esa isla de mochileros para practicar un tradicional deporte de ese país: boxeo tailandés. Sin embargo, la reserva fue hecha a nombre del médico colombiano, a pesar de que no hubiera llegado con Sancho.
Una de las visitas de Sancho, que hoy lo señalan de haber planeado el asesinato con antelación, fue a un supermercado de la isla, donde compró varias bolsas negras y verdes y lo que parece ser un cuchillo. Aunque el chef español señaló que se trató de un posible accidente, el video de cámaras de seguridad no lo dejó en una buena situación.
Según las versiones preliminares y varios videos de cámaras de seguridad, Sancho encontró a Arrieta en un muelle de la isla y se trasladaron en motocicleta por varios lugares, hasta volver a la habitación B.6 del Haad Salad Villa.
Información entregada por las autoridades, que han estado con el asesino desde su captura, informaron al diario español El Mundo, que Arrieta se tiró sobre la cama de la habitación, mientras Sancho le comentaba que no podían continuar con sus encuentros, noticia que habría ofuscado al cirujano y generó que se acercara al chef para pedirle tener relaciones sexuales.
Según la versión de la Policía local, y por comentarios de Daniel Sancho, el forcejeo se habría presentado en la entrada al baño de la habitación, cuando el español empujó a Arrieta de forma brusca y ocasionó que el colombiano se golpeara en la cabeza con el lavamanos, dejándolo malherido en el suelo. El cirujano, aturdido, intentó levantarse y morder el brazo izquierdo de Sancho, además de rasguñar su espalda, por lo que el extranjero de 29 años volvió a golpearlo contra el lavamanos y lo hizo perder la consciencia. Aparentemente, tras ese golpe, Arrieta perdió la vida.
Pero otras versiones señalan que Sancho no solo le propinó un golpe. Por el contrario, habría atacado al cirujano con repetidos puños en su cara y cuerpo hasta el punto de dejarlo inconsciente en el suelo, al parecer, por un ataque de celos del español.
Aunque Daniel asegura que creyó que estaba inconsciente e intentó despertarlo, arrastrándolo hasta la ducha y arrojándole agua, surgen dudas de qué lo motivo a desmembrar el cuerpo de Edwin. Las versiones preliminares apuntan a que Sancho intentó reanimar al colombiano por una hora y, al ver que sus esfuerzos no dieron frutos, procedió a desprender las extremidades del cirujano con el cuchillo que compró previamente en un supermercado tailandés.
Daniel Sancho cortó la camisa y el pantalón corto que llevaba puesto Arrieta; con el cuerpo desnudo, empezó a hacer cortes en su cuerpo para desaparecer el cadáver. Según información de las autoridades entregadas al medio citado, el cuerpo fue cortado en 14 partes, que el asesino intentó refrigerar en un minibar del que disponía la habitación.
Este trabajo le tomó alrededor de tres horas, como lo comentó el mismo asesino ante la justicia. En hechos que aún son materia de investigación, sobre las 11 p. m. del 2 de agosto, Sancho empezó a sacar de la habitación bolsas de basura en una maleta deportiva, y se dirigió hacia la playa, a unos 300 metros del lugar donde se hospedaban.
El español no levantó sospecha, puesto que la cabaña en la que se hospedaba, estaba lejos de la recepción y tenía acceso directo a la playa, donde lo esperaba un kayak de color rojo y blanco que, se presume, compró por unos 35.000 baths, que equivalen a algo más de 4 millones de pesos. Lo que no comprenden las autoridades es por qué decidió comprar el transporte acuático en un kiosco que se dedicaba exclusivamente al alquiler de kayaks.
El español habría regresado a la habitación y empacado nuevamente más restos de Edwin Arrieta en bolsas verdes de fertilizante que escondió en su bolso deportivo azul, pero esta vez, tomó la moto que alquiló y en la que horas antes recogió al colombiano, para recorrer la isla y dejar en diferentes depósitos de basura las extremidades del cirujano.
Según el reporte entregado por las autoridades a El Mundo, Daniel Sancho recorrió la isla durante horas, hasta que arrojó la última bolsa que llevaba con él en la playa de Haad Rin, a unos 22 kilómetros del hotel donde se estaba hospedando. Dicen los expertos, este recorrido toma alrededor de 45 minutos en moto por trayecto, por lo que Sancho volvió a su habitación hacia las 3 a.m. del 3 de agosto.
Según las versiones entregadas, sobre las 6 a. m. de ese 3 de agosto, después de descansar en su habitación por unas 3 horas, junto a partes del cuerpo de Edwin Arrieta, el español volvió a repetir su actuar con el kayak rojo blanco y que compró. Cuentan algunos medios europeos que Daniel, ingresó al mar ese jueves unas tres veces, siempre con su maleta deportiva y cargando los restos del colombiano.
Sancho, después de terminar su labor de ocultamiento de pruebas, decide volver a la playa de Haad Rin, donde ese 3 de agosto se celebraba la tradicional fiesta tailandesa de luna llena. Sin embargo, fue en medio de la rumba que se enteró de que ya habían sido encontrados varios restos humanos por un recolector de basura de la isla.
Por miedo a que descubrieran su actuar, hacia la media noche Daniel se acercó a las autoridades para reportar la desaparición de su compañero. Aunque creyó que sería lo mejor, terminó siendo el principal sospechoso de la desaparición, hasta que él mismo confesó sobre el asesinato de Edwin Arrieta.
Entretanto, aunque las autoridades hablan de un crimen pasional, la familia del reconocido cirujano plástico oriundo de Lorica, en Córdoba, han salido a desmentir las versiones que hablan de un posible amorío entre el homicida, de 29 años, y la víctima colombiana, de 44.
Asimismo, la firma de abogados que se apoderó del caso y que encargará de pedir la máxima condena contra el español, emitió un mensaje en las últimas horas donde piden que se mantenga en reserva la vida personal del cirujano. “Es por eso que, desde ya, manifestamos nuestro total rechazo frente a las afirmaciones irresponsables y falaces que se han producido en torno a Edwin y su actuar en vida”, señala el documento.
Por su parte, el hoy señalado y responsable del homicidio comentó en días pasados que su actuar se debió por presiones del colombiano. “Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Era una jaula de cristal, pero era una jaula. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho”, aseguró Daniel Sancho.
Ante las afirmaciones, Darling Arrieta, hermana de Edwin, aseguró a La W que su hermano no tenía ningún antecedente judicial, que corrobore la versión del español. “Él era una persona noble, demasiado bueno y con temor de Dios. Ese hombre (Sancho) quiere salir libre, mi hermano no se puede defender y puede inventar lo que quiera para quedar libre de este homicidio”, comentó.
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