Once días consecutivos de combates entre el Ejército de Sudán y el poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) han dejado más de 500 muertos y pocas esperanzas de que la tregua de 72 horas que entró en vigor la medianoche del lunes sirva para detener la violencia, que ha sumido al país africano en el caos.
Al Nur al Zaki / EFE
A pesar de que la tregua ha conseguido que la violencia contra los civiles haya remitido un poco, especialmente en Jartum, los combates entre ambos bandos enfrentados no han cesado, mientras que se han acusado mutuamente de violar el alto el fuego, el sexto anunciado desde el inicio de las hostilidades, el pasado 15 de abril.
Esto ha provocado que se aceleren las operaciones de evacuación de nacionales de varios países, como es el caso del Reino Unido, que hoy ha anunciado que han salido de Sudán un total 301 británicos en cuatro vuelos militares que despegaron de Jartum.
La evacuación más numerosa realizada hoy, sin embargo, fue de la mano de Arabia Saudí, que embarcó a casi 1.700 personas de 56 nacionalidades -entre ellas europeas y norteamericanas- en un buque que atracó este miércoles en la ciudad de Yeda, en el mar Rojo.
En total, Arabia Saudí ha logrado ya evacuar de Sudán a un total de 2.148 personas de 62 nacionalidades.
LIBERACIÓN DE PRESOS BUSCADOS POR LA CPI
Uno de los acontecimientos ocurridos hoy fue la fuga de varios presos vinculados al régimen del ex dictador Omar al Bashir, derrocado en 2019 tras tres décadas aferrado al poder, y que está acusado por la Corte Penal Internacional (CPI) de cometer crímenes de lesa humanidad durante el conflicto de Darfur, entre 2003 y 2008.
Uno de los fugados es su exministro de Interior y uno de sus más leales asesores Ahmed Haroun, también buscado por la CPI y acusado de cometer crímenes de guerra en ese mismo conflicto de tintes étnicos que, según la ONU, segó la vida de al menos 300.000 personas en tan solo cinco años.
Haroun escapó ayer, martes, de la cárcel de Kober, en el norte de Jartum, algo que anunció él mismo en una grabación de audio difundida hoy por medios locales sudaneses y en la que mostraba su apoyo al Ejército, algo que las FAR no tardaron en aprovechar.
Las acusaciones cruzadas tampoco cesaron, mientras que el Ministerio de Interior sudanés indicó que miles de reclusos habían escapado de hasta seis cárceles del país después de que los combatientes de bandos que no identificó irrumpieran en las instalaciones.
A esto se sumó la preocupación de que el propio Al Bashir se diera a la fuga, pero el Ejército indicó que se encuentra en un hospital militar de Omdurman, ciudad vecina a la capital.
LOS CIVILES PAGAN EL PRECIO
El Ministerio de Salud sudanés indicó que el número de muertos ha aumentado a 512, mientras que el de heridos supera los 4.000. La mayoría de las víctimas mortales se concentran en Jartum y en la conflictiva región de Darfur, en el oeste del país africano.
La tregua no ha servido para mucho, puesto que después de ser anunciada al menos tres personas murieron como consecuencia de los choques, de acuerdo con el Ministerio de Salud.
Por su parte, el Sindicato de Médicos sudanés alertó en otro comunicado que el 72 % de los hospitales en las áreas donde se desarrollan los combates «están fuera de servicio», es decir, 59 de los 82 centros médicos de la capital y otros estados.
Con todo, tan solo hay 23 hospitales «en funcionamiento total o parcial», mientras que algunos de ellos solo brindan servicios de primeros auxilios.
Todo ello ha provocado una ola de refugiados masiva que aún está por cuantificar y que afectará a los siete países que lindan con Sudán.
Por este motivo, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) pidió hoy a los países vecinos de Sudán que mantengan sus fronteras abiertas para las víctimas de la violencia, que está obligando a decenas de miles de personas de la capital a huir a otras partes del país más seguras.
Esto agrava la difícil situación humanitaria en la que se encontraba Sudán, donde ya había 3,7 millones de desplazados internos, además de 1,1 millones de refugiados de países vecinos.
Por el momento, ACNUR ha podido constatar que 20.000 refugiados sudaneses han escapado de Chad, donde los recursos son muy limitados para enfrentar la carga actual de 600.000 refugiados en total.
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