Uno viaja a un ritmo frenético, el otro se queda en casa: a dos semanas de las elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos, el presidente Donald Trump y su rival demócrata Joe Biden adoptaron estrategias radicalmente opuestas.
AFP
Después de dos grandes mitines el lunes en Arizona, el mandatario republicano, de 74 años, se dirigía el martes a Pensilvania, un estado clave para ganar la reelección.
El exvicepresidente de Barack Obama, de 77 años y favorito en las encuestas, no tenía ningún evento público en su agenda por segundo día consecutivo, probablemente para prepararse para el debate final de esta semana.
«Las cosas cambian rápido», dijo Trump en una entrevista con Fox News, asegurando, contra toda evidencia, que las encuestas le son cada vez más favorables y que Biden está «implosionando».
«Biden se esconde de nuevo en su sótano hoy», bromeó su equipo de campaña.
Biden, el candidato de eventos discretos con pequeñas audiencias que usan máscaras y mantienen a rajatabla la distancia física, tuiteó sin embargo: «En dos semanas a partir de hoy, vamos a ganarle al presidente Trump».
«Tos persistente»
En un revés para la campaña republicana, la primera dama, Melania Trump, que iba a acompañar a su marido a Pensilvania, canceló el viaje a último minuto debido a una «tos persistente». Iba a ser su primera aparición en el ruedo electoral desde hace más de un año.
Diagnosticada con covid-19 el 1 de octubre, al mismo tiempo que su esposo, quien asegura estar recuperado, la primera dama dijo la semana pasada que había dado negativo. Según su portavoz, Stephanie Grisham, la visita a Pensilvania se anuló «por exceso de precaución».
Los demócratas anunciaron por su parte una presencia estelar en la campaña de Biden: Obama realizará el miércoles «un mitin de autos» en Filadelfia, «donde alentará a los residentes de Pensilvania a hacer planes para votar de manera anticipada».
Esta modalidad de sufragio continúa batiendo récords, a veces con largas colas en los estados donde se ha iniciado. Según la organización independiente Elections Project, unos 34 millones de estadounidenses ya han emitido su voto.
Que el fiscal investigue
Trump aparece 8,6 puntos porcentuales por debajo de Biden en el promedio de encuestas nacionales, una ventaja que se achica a 3,9 puntos en los principales estados clave, según la plataforma RealClearPolitics.
Pero Trump se mostró confiado, destacando su capacidad para movilizar grandes multitudes. «Nunca habíamos visto actos de campaña con tanto amor y tanta gente», enfatizó.
El tono del inquilino de la Casa Blanca, que teme ser presidente por un solo mandato, es sin embargo más agresivo que nunca hacia su oponente.
¿Su ángulo de ataque? Los negocios del hijo de Biden, Hunter Biden, en Ucrania y China, cuando su padre era vicepresidente de Barack Obama (2009-2017).
«Este es un caso de corrupción importante», dijo a Fox News, afirmando que el fiscal general, Bill Barr, debería iniciar rápidamente una investigación.
«Esto tiene que saberse antes de las elecciones», apuntó Trump, quien ha estado insistiendo desde hace varias semanas, sin pruebas concretas que lo sustenten, que la familia Biden es una «empresa criminal».
En este contexto, el último debate entre los dos candidatos septuagenarios, que tendrá lugar el jueves en Nashville, Tennessee, promete ser tenso, después de un primer duelo televisado particularmente caótico plagado de interrupciones y golpes bajos.
Cara a cara en Nahsville
«No hay nada justo en este debate», dijo Trump en Fox News, reiterando sus virulentas críticas a la moderadora, la periodista de NBC Kristen Welker, así como a la Comisión de Debates Presidenciales (CPD), la entidad independiente a cargo de su organización.
Para evitar la cacofonía del primer enfrentamiento, la CPD decidió silenciar los micrófonos de los dos candidatos cuando no tengan la palabra.
¿Cambiará Trump su táctica del primer debate, durante el cual interrumpió permanentemente a su rival demócrata?
«Algunos dicen que hay que dejarlo hablar porque siempre termina perdiendo el hilo», respondió Trump en alusión a Biden, luego de meses en los que busca retratar a su oponente como un anciano senil.
Como en 2016, Trump se presenta como un candidato que no pertenece a la clase política y que lucha por los estadounidenses, lejos de las intrigas de Washington.
«Estoy luchando contra el Partido Demócrata, contra los medios de Noticias Falsas (…) y ahora contra los gigantes de la tecnología», dijo.
Poco después, el Departamento de Justicia y 11 estados estadounidenses, en su mayoría republicanos, presentaron una denuncia en un tribunal federal de Washington acusando a Google de infracciones a la ley de competencia y pidiendo cambios «estructurales» en el titán de las «Big Tech».
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