Juan Guaidó se ha convertido en protagonista de una fiesta a la que no estaba invitado y ha colocado al presidente de Colombia, Gustavo Petro, ante un conflicto diplomático que no vio venir. Esta es una semana clave para Petro y su papel en la crisis venezolana.
Por INÉS SANTAEULALIA – JUAN DIEGO QUESADA
EL PAÍS DE ESPAÑA
Representantes de 20 países se reunirán este martes en una cumbre en Bogotá para tratar de reactivar el diálogo entre el chavismo y la oposición que lleva meses paralizado.
Ninguna de las dos partes participará en cita, pero tanto el Gobierno de Nicolás Maduro como la delegación opositora en el diálogo han dado su apoyo a la reunión. Sin embargo, la presencia de Guaidó en Colombia, que llegó al país en coche sin pasar por un puesto fronterizo, se ha convertido en un polvorín que amenaza con hacer fracasar la conferencia.
Todas las opciones que se abren ahora suponen un problema para Colombia, que en los últimos meses ha restablecido relaciones con Venezuela y cuenta con la confianza de Estados Unidos para liderar un acercamiento al país. Guaidó es el mayor enemigo de Maduro. Una fuente que ha hablado con el presidente de Venezuela asegura que este suele decir que sería capaz de pasarle el poder a cualquier persona menos a Leopoldo López o a Juan Guaidó.
El expresidente interino, que se dirige a Bogotá en la tarde de este lunes, ha prometido dar una rueda de prensa a su llegada, pero nada se sabe de sus intenciones una vez aquí. “He venido en el marco de la cumbre convocada por el presidente Petro”, ha dicho en un comunicado esta madrugada, la forma que ha utilizado para anunciar su salida de Venezuela.
Guaidó rechazó participar el pasado sábado en la reunión que el Gobierno de Colombia sostuvo con la delegación opositora, presente estos días en Bogotá, al margen de la cumbre de mañana. Ya entonces el expresidente interino estaría planeando su viaje.
Fuentes de la oposición, que no conocían sus intenciones, consideran que su presencia es una forma de “boicotear” la cita internacional que, después de años de estar fuera de foco, consideran que vuelve a centrar la atención sobre la situación del país. Entienden, además, que el político ha aprovechado la cumbre para exiliarse y huir de Venezuela, aunque él no ha confirmado que no planee regresar.
El Gobierno de Petro busca a estas horas como deshacerse de un problema que crece a medida que el coche del político se aproxima a la capital. El canciller Álvaro Leyva ha sido hasta ahora el único en marcar una posición pública. Esta mañana advirtió que Guaidó no estaba invitado a la cumbre -como no lo está ningún otro opositor o miembro del chavismo- y esta tarde aseguró que habían entrado en Colombia de forma “inapropiada”.
Una fuente del Ejecutivo asegura que el Gobierno de Colombia quiere que el líder opositor abandone el país esta misma noche, incluso que Estados Unidos estaría mediando para que viajara a Miami.
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