La diplomacia de Estados Unidos pidió este domingo a la comunidad internacional que se le sume en su enérgica condena de la votación de este domingo en Venezuela, organizada por Nicolás Maduro para «destruir la única institución democrática que queda en el país y verdaderamente representativa del pueblo venezolano», según dice a ABC.
Por David Alandete – ABC DE ESPAÑA
«La comunidad internacional no puede permitir que Maduro, quien está en el poder de manera ilegítima porque robó las elecciones de 2018, se perpetúe robando una segunda elección. Ni Maduro ni una nueva Asamblea Nacional elegida fraudulentamente representarán la voz legítima del pueblo venezolano, que debe expresarse a través de elecciones libres y justas», dijo a este diario un portavoz de la sección de asuntos iberoamericanos del departamento de Estado norteamericano.
Estas declaraciones llegaron a ABC unos momentos después de que el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero emergiera en Caracas invitado por el régimen en un intento de dar legitimidad a esa votación que no reconocen ni España ni la Unión Europea.
Zapatero dijo, bajo el amparo de Maduro, que este proceso de votación es «el principio del final de unas injustas sanciones». Incluso la propia secretaría general de la Organización de los Estados Americanos ha condenado lo que considera un oneroso fraude sin legitimidad alguna.
Según dice a ABC ese portavoz diplomático, «las fraudulentas elecciones legislativas del 6 de diciembre del régimen son ilegítimas y no cumplen con ningún estándar mínimo de credibilidad. Todo, desde el calendario electoral, hasta un software no transparente, pasando la incautación ilegal de nombres y logotipos de partidos políticos y papeletas electorales, hacen que el proceso no sea más que una farsa».
«Como resultado, los expertos electorales y constitucionales, la mayoría de los partidos políticos independientes, las organizaciones de la sociedad civil de Venezuela, y decenas de países de todo el mundo, incluido EE.UU., rechazan el proceso», añade.
«El objetivo es instalar una Asamblea títere»
Según la diplomacia estadounidense, el objetivo de Maduro no es otro que «instalar una Asamblea Nacional cómplice y títere, en deuda solo con él, mientras destruye la única institución democrática que queda en el país y verdaderamente representativa del pueblo venezolano. La seguridad electoral ha disminuido cada año durante la última década. Este proceso fraudulento del 6 de diciembre es la peor versión hasta ahora: no tiene credibilidad alguna».
«Como dijo el representante especial para Irán y Venezuela, Elliott Abrams, en la comisión de Exteriores del Senado el 4 de agosto, EE.UU. continuará reconociendo al presidente interino Guaidó después del 5 de enero», añadió. «Ni Maduro ni una nueva Asamblea Nacional elegida fraudulentamente representarán la voz legítima del pueblo venezolano, que debe expresarse a través de elecciones libres y justas».
Esa es la posición no sólo del gobierno y la diplomacia de EE.UU., sino de ambos partidos en el Capitolio. Diputados demócratas, como Debbie Wasserman Schultz, Donna Shalala y Debbie Mucarsel-Powell han apoyado abiertamente a Guaidó en las últimas horas, llamándole en un comunicado «el presidente encargado, que ha obrado como un verdadero defensor de la democracia».
Según esos demócratas, «el régimen de Maduro continúa aferrándose desesperadamente al poder al avanzar con elecciones falsas ilegítimas. Las elecciones y sus resultados predeterminados representan otro terrible asalto a la democracia. Apoyamos al pueblo venezolano que está atravesando una devastadora crisis humanitaria mientras lucha para que se escuche su voz».
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