Gorra, cuello alto y ni rastro de escolta. Félix Plasencia, dejó este lunes el traje en el armario para pasear por el centro de Madrid como un turista más. Poco antes de las 14:00, abandonó el hotel de cinco estrellas en el que se alojaba y pasó frente al Congreso de los Diputados, recorrido en el que El Confidencial trató de preguntarle por la polémica que ha marcado la semana: el encuentro que se produjo la madrugada del 20 de enero entre Delcy Rodríguez, y José Luis Ábalos, en el aeropuerto de Barajas. Plasencia viajaba en el avión junto a la número dos de Maduro y presenció el cara a cara, pero este lunes esquivó las preguntas y lanzó cuatro palabras como despedida: «La función se acabó«.
Pablo Gabilongo/El Confidencial
El venezolano aterrizó en Madrid el 20 de enero para asistir a la Feria Internacional de Turismo de la capital, visita que no tardó en verse empañada por el encuentro secreto de Ábalos con Rodríguez. El socialista negó el encuentro hasta que ‘Vozpópuli’ desveló la noticia, pero después aseguró que había sido fortuito y que se produjo cuando fue a recoger a su amigo Plasencia al aeropuerto. La versión choca con la que ofrecen fuentes cercanas al ministro venezolano, que apuntan a que él se marchó de Barajas en taxi, pero el mandatario chavista ha evitado explicar lo ocurrido en todo momento: se refugió en el hotel The Westin Palace y limitó sus apariciones a Fitur. «No tengo nada que aclarar, yo vine aquí a hacer la presencia de Venezuela en la feria de turismo», se justificó este lunes a preguntas de El Confidencial.
El cinco estrellas que escogió como guarida no es un hotel cualquiera. Con más de 50 suites y a tan solo 100 metros del Congreso, por sus salones han pasado políticos de primer nivel. Los últimos, este mismo lunes, cuando Nueva Economía Fórum organizó un desayuno informativo: la cita fue presidida por el presidente valenciano, Ximo Puig, al que acompañaron otros pesos pesados como la vicepresidenta de su comunidad, Mónica Oltra; el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo; el de Cultura y Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes; la presidenta del Senado, Pilar Llop, o la del PSOE, Cristina Narbona. El vestíbulo se llenó así de periodistas en busca de declaraciones sobre el encuentro de Ábalos con Rodríguez, preguntas que tenían como tercer protagonista a un hombre que se alojaba un par de pisos más arriba.
Las llegadas de coches oficiales y diplomáticos se prolongaron durante las más de dos horas que duró el desayuno, tiempo en el que los escoltas y las cámaras de televisión tomaron el hotel. Mientras tanto, sin noticias de Plasencia: entre las 7:15 y las 13:30, el ministro venezolano de Turismo y Comercio Exterior no pasó por la puerta principal de The Westin Palace. A la vista de que Fitur había finalizado un día antes y que el mandatario se había despedido a través de Twitter, El Confidencial le contactó entonces a través de recepción para preguntarle sobre el encuentro de Ábalos y Rodríguez, llamada a la que él mismo respondió con una negativa. Minutos después, ya sin periodistas a la vista, abandonaba The Westin Palace de paisano y a pie. «No sé nada de eso«, respondió a este diario antes de coger un taxi.
Como explicó la periodista Laura Helena Castillo el pasado 25 de enero en El Confidencial, Plasencia es ministro de Turismo del régimen desde agosto de 2019 y miembro del cuerpo exterior venezolano desde 1991, años antes de que el fallecido Hugo Chávez llegara al poder. Es un viejo amigo de Delcy Rodríguez, a quien conoció en la embajada venezolana de Londres entre 1994 y 1999, y muy cercano a su hermano Jorge Rodríguez. Sus conexiones con esta familia le permitieron medrar en el escalafón revolucionario: primero en la alcaldía del Municipio Libertador, en Caracas, y después como viceministro para Asia, Medio Oriente y Oceanía, ya con Delcy como canciller. Aunque es un funcionario poco conocido, también participó en el grupo internacional de contacto creado por la Unión Europea el año pasado para mediar —infructuosamente— en la crisis venezolana. El chavismo lo defiende como un militante leal y experimentado.
Esta semana, él mismo se encargó de demostrar su lealtad a los Rodríguez guardando silencio: sobre la reunión secreta de Delcy con Ábalos, ni una palabra. En lugar de sumarse a la polémica, se enfundó el traje de ministro de Turismo y aderezó sus intervenciones con loas a Nicolás Maduro, tras lo que volará este martes a Venezuela en una aerolínea de su país. «Gracias al liderazgo de nuestro presidente obrero que nos guía al crecimiento digno, con responsabilidad, con trabajo y más trabajo, desde la paz y respeto a cualquier otro país y a cualquier otro Gobierno», tuiteó este lunes de madrugada como broche final a su paso por Fitur. Justo una semana antes de escribir este mensaje, él fue uno de los que presenciaron el cara a cara entre Ábalos y Rodríguez, pero ese es un secreto que queda entre Delcy Eloina, su amigo socialista y Nicolás Maduro.
Con información del portal El Confidencial
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