Los muertos en el terremoto que azotó Marruecos el pasado viernes alcanzan los 2.946 y los heridos son ya 5.674, según el balance del Ministerio marroquí del Interior de las 19:00 hora local (18:00 GMT), que deja 45 fallecidos y 144 heridos más respecto al último recuento de ayer martes a las 13:00 horas.
Las consecuencias del terremoto provocaron muertes en una decena de provincias y solo hay nuevas víctimas en dos regiones. Una es la más afectada, Al Haouz -al sur de Marrakech y cercana al epicentro-, donde se registran ya 1.684 fallecidos. También han aumentado los fallecidos en la segunda región más afectada, Taroudant, donde hay 980 víctimas mortales.
De los muertos, se han enterrado ya 2.944 cadáveres, apunta Interior.
Un boletín de alerta sísmica difundido por el Instituto Nacional de Geofísica marroquí explica que el terremoto, de magnitud 7, sacudió la región septentrional de Marrakech y se produjo a las 23:11 hora local del viernes (22:11 GMT) a ocho kilómetros de profundidad. Tuvo su epicentro en la localidad de Ighil, situada unos 80 kilómetros al suroeste de la ciudad de Marrakech.
Es el terremoto más fuerte jamás medido en el reino y el más mortífero en el país en más de seis décadas.
Rescatistas redoblan esfuerzos
Las autoridades marroquíes y equipos de salvamento de países como España o el Reino Unido aceleran los labores de rescate y socorro cinco días después del terremoto, realojando a los habitantes de los pueblos siniestrados en tiendas ante las previsiones de lluvias y las continuas réplicas sísmicas, que podrían dificultar esas tareas.
Los habitantes de muchos de los pueblos damnificados, que tienen más de la mitad de sus casas completamente destrozadas, ya no duermen al aire libre. En Amizmiz, el Ejército marroquí realojó ayer a unas 1.000 personas. Este miércoles se prevé el realojamiento de 1.500 personas más y un número similar en una tercera fase.
Más allá de Amizmiz, en los pueblos remotos en las montañas, los aldeanos también están realojados en tiendas distribuidas por el Ministerio del Interior, y en algunas aldeas ya no quedan cadáveres debajo de los escombros.
La Cruz Roja solicitó más de 100 millones de dólares para poder atender las necesidades más apremiantes, que incluyen salud, agua, saneamiento e higiene, tras haber desbloqueado un primer fondo de emergencia.
El jefe del gobierno marroquí, Aziz Akhannouch, aseguró el lunes que las personas que perdieron sus casas serán indemnizadas.
Pánico con una nueva réplica
Además, el Ejército marroquí continuó con las tareas de distribución de alimentos y ayudas en las zonas más damnificadas, como Talat Nyacoub, que las lanzó además desde un helicóptero a otro pueblo de difícil acceso, Aghbar.
A este último pueblo se desplazaron en helicóptero militar dos equipos de Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid (ERICAM) para colaborar con equipos locales en la búsqueda de posibles supervivientes y de cadáveres debajo de los escombros.
En otro pueblo en las montañas del Atlas, Imi N’Tala, otro equipo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) española acompañado por dos perros colaboró con los bomberos marroquíes para localizar a cadáveres.
A las 16.45 hora local (15.45 GMT), en este pueblo donde estaban presentes grupos de periodistas y miembros de oenegés se produjo una réplica de 3,9 grados que desató el pánico y la gente empezó a correr.
Pero tras varios gritos llamando a la calma, la situación volvió a una tranquilidad relativa. Los equipos de emergencia español y británico recomendaron abandonar la zona y advirtieron de que una parte de la montaña podría desprenderse.
En esta zona del Alto Atlas afectada por el terremoto se esperan lluvias a partir de mañana jueves. Según el boletín de la Dirección General de Meteorología marroquí de este miércoles, se prevén lluvias con tormentas, con riesgo de granizo, en el norte del Alto Atlas (la zona afectada), además de otras zonas como el Medio Atlas y el Rif.
También rachas de viento fuerte en todo el Atlas, y el viernes lluvia y tormentas en la vertiente sudeste del Atlas, que afectarían en principio a las provincias sacudidas por el terremoto.
Pocos turistas
Mientras, la vida vuelve poco a poco a la normalidad en la cercana ciudad turística de Marrakech, donde, pese a las masivas cancelaciones de viajes y actividades turísticas, se ven algunos turistas paseando por la ciudad antigua con bazares y comercios abiertos y un movimiento continuo de motos por el lugar.
La ministra del turismo marroquí, Fatima Zohra Ammor, pidió a los propietarios de los hoteles de la zona que azotó el terremoto inspeccionar sus establecimientos “lo antes posible” y tomar las medidas necesarias para cumplir con las normas de seguridad.
El Ministerio de Turismo y los profesionales del sector acordaron establecer una lista de los hoteles cerrados en Marrakech, Agadir y Uarzazate para estudiar la posibilidad de reabrir algunos de ellos para realojar a las poblaciones siniestradas.
(Con información de AFP y EFE)