La República Checa declaró este jueves el estado de emergencia, que entrará en vigor mañana y durará un mes, para afrontar la oleada de refugiados de guerra de Ucrania, informó el jefe del Ejecutivo, Petr Fiala.
«Somos y seremos un país destino», recordó el mandatario conservador, cuyo país expidió hasta la fecha 6.449 visados de residencia para los refugiados ucranianos que huyen de la guerra.
Fiala matizó que con el estado de emergencia se podrá proporcionar «un cuidado más eficaz» a los refugiados, involucrando los recursos humanos y materiales de los gobiernos regionales en la ayuda de los que llegan.
Praga también quiere modificar su legislación para permitir a los ucranianos un acceso más sencillo al mercado de trabajo, sin necesidad de solicitar un permiso.
Se va a facilitar además la contratación de docentes ucranianos para poder atender mejor a los hijos de los refugiados en las escuelas.
Vit Rakusan, ministro de Interior, aseguró que el estado de emergencia no va a tener impacto en la población checa.
La República Checa, que durante la crisis migratoria desde Oriente Medio era uno de los países menos favorables a la acogida de refugiados, vive ahora una ola de solidaridad.
En colectas públicas se han recaudado unos 40 millones de euros, según medios locales.
Al mismo tiempo, el Gobierno checo asegura haber enviado a Ucrania munición, armas ligeras y material sanitario de campaña por valor de unos 25 millones de euros. EFE
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