El reportero, que había denunciado amenazas tras el homicidio de su compañero Roberto Toledo, fue baleado en Zitácuaro, Michoacán.
Constanza Lambertucci | El País
El periodista Armando Linares ha sido asesinado este martes en Zitácuaro, en el Estado de Michoacán, según ha confirmado la Fiscalía estatal. El ataque ha ocurrido esta tarde “en un domicilio particular”, de acuerdo con el ministerio público. El reportero, director del portal Monitor Michoacán, había denunciado amenazas de funcionarios tras el asesinato en enero del informador Roberto Toledo, que colaboraba con su medio. El de Linares es el octavo crimen del año contra la prensa en México, el país más letal ejercer la profesión fuera de las zonas de guerra.
“Las llamadas de alerta y auxilio de Armando no fueron escuchadas”, han escrito sus colegas en un pronunciamiento difundido este martes tras el atentado y dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador, “las autoridades fueron omisas”. En el escrito, los reporteros exigen al Gobierno “tomar con toda la seriedad debida los asesinatos, agresiones y violaciones de derechos” contra periodistas en el país. “La rabia, impotencia e indignación no encuentran ya palabras frente a los homicidios de periodistas que se acumulan en México y Michoacán”, se lee.
Medios locales han informado de que Linares fue asesinado en su casa de ocho disparos frente a su familia. El periódico El Sol de Morelia ha asegurado que el reportero había recibido amenazas desde 2019 y responsabilizaba al fiscal del Estado, Adrián López Solís, de actos de corrupción y amedrentamiento. El mismo medio ha afirmado que Linares se había acogido al Mecanismo de Protección a Periodistas “pero por solo unas semanas y después se desistió de la protección”.
Tras el homicidio de Toledo, que fue acribillado a la salida de su oficina el 31 de enero, Linares había reiterado en un vídeo que el equipo que dirigía había recibido amenazas. “El equipo de Monitor Michoacán ha venido sufriendo una serie de amenazas de muerte. Finalmente, estas amenazas se cumplieron y el día de hoy asesinaron a uno de los miembros de nuestro equipo”, denunció entonces Linares. Toledo era el cuarto comunicador asesinado en México este año.
“Exhibir corrupciones de gobiernos, de funcionarios y de políticos nos llevó a la muerte de uno de nuestros compañeros”, había dicho Linares antes de quebrarse en ese video y de quedarse en silencio unos segundos. “No estamos armados, no traemos armas. Nuestra única defensa es una pluma, un lapicero, una libreta”, había dicho, y había asegurado que llevaría las denuncias “hasta las últimas consecuencias”. “Vamos a seguir denunciando corrupciones aunque la vida nos vaya en ello”, había expresado.
Casi una decena de reporteros murieron de forma violenta solo en 2021 en el país, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), y en las últimas tres décadas han sido más de 140. Pero más del 95% de los crímenes en México acaban en la impunidad. Los periodistas locales como Linares son los más expuestos a la violencia contra la prensa. La organización Artículo 19, que lleva un conteo de los homicidios de comunicadores, apunta además a que el 40% de los asesinatos recae en funcionarios públicos.
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