Uno de los venezolanos que viajó en el avión retenido en Buenos Aires se defendió el lunes de las sospechas de la justicia sobre el vuelo y sostuvo que su tripulación no tiene intenciones “oscuras” y que los iraníes que la integraban eran instructores aéreos.
La aeronave de la empresa estatal venezolana Emtrasur permanece estacionada desde hace tres semanas en el aeropuerto internacional de Ezeiza y su piloto, el iraní Gholamreza Ghasemi, y el resto de la tripulación son investigados por una fiscal argentina que busca determinar si volaron a Argentina con fines comerciales o por su presunta conexión con el terrorismo instigado por Irán.
“No vinimos aquí con alguna intención oculta ni nada oscuro. Mostramos (a las autoridades) todas las pruebas de nuestro trabajo. La aeronave fue revisada y no encontraron nada que les llamara la atención”, dijo Víctor Pérez Gómez, gerente general de operaciones de Emtrasur, en diálogo con Radio con Vos.
La aeronave modelo Boeing 747, que transportaba autopartes para empresas locales, se encuentra en un hangar del aeropuerto situado a las afueras de la capital argentina luego de su aterrizaje el 6 de junio. Sus tripulantes -14 venezolanos y cinco iraníes- permanecen en libertad en un hotel cercano, pero sus pertenencias y documentos de identificación fueron retenidos por orden de la justicia federal.
El gobierno argentino ha confirmado que no hay pedido de captura internacional contra los tripulantes y que no se detectaron irregularidades en la carga. Pero la aeronave despertó sospechas porque perteneció a Mahan Air, una compañía aérea iraní a la que se le atribuyen nexos con el terrorismo y sobre la que pesan sanciones económicas impuestas por Estados Unidos.
Argentina fue blanco de dos atentados en la década de 1990 -uno contra la embajada israelí en Buenos Aires y otro contra un centro comunitario judío- por los cuales la justicia local acusó al régimen iraní. Teherán sigue negando las acusaciones.
Además del transporte de carga, el vuelo cumplía la función de adiestramiento de los pilotos venezolanos, un aspecto que estaba contemplado en el contrato de compra venta del aparato a la empresa iraní en 2021, dijo Pérez Gómez. “La relación con los iraníes es bastante técnica. Son instructores y nos enseñan los mejores procedimientos para operar seguros la aeronave… hablamos en inglés”, explicó.
Los venezolanos ya habían recibido clases en tierra y en el simulador y Ghasemi es un instructor de vasta experiencia con muchas horas de vuelo en esa aeronave, acotó Pérez Gómez.
También indicó que el Boeing realiza este tipo de vuelos desde febrero luego de ser modificado para transportar carga y que fue adquirido un año atrás para atender las necesidades de Venezuela durante la pandemia del nuevo coronavirus, como el traslado de insumos médicos.
En los registros oficiales el avión es propiedad de la aerolínea estatal venezolana Conviasa, cuya filial de carga es Emtrasur y que también está sancionada por Estados Unidos.
La justicia argentina inició la pesquisa por impulso de un diputado opositor y de la comunidad judía. Mientras, Israel y Estados Unidos expresaron que siguen con especial atención el caso.
La aeronave recogió la carga en México para varias compañías argentinas de autopartes e hizo escala en Caracas antes de arribar al país sudamericano.
Sus tripulantes también son investigados en Paraguay, donde el avión aterrizó en mayo y luego partió para transportar cigarrillos a Aruba.
La embajada israelí en Uruguay manifestó en tanto su preocupación al afirmar que algunos de los tripulantes iraníes han estado involucrados en el tráfico de armas a Siria y con la organización terrorista Hezbollah en Líbano.
Venezuela reclama por su parte la devolución de la aeronave e Irán sostiene que ésta no pertenece más a Mahan Air.
Con información de La Voz de América
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