El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, visitó el domingo el frente de guerra en la región de Donbás, donde desde hace semanas se concentran los más cruentos combates entre su Ejército y las tropas rusas.
En un desafío a los rusos y una muestra de ánimo a su población, el presidente visitó las ciudades de Soledar y Lisichansk, en la provincia de Lugansk. En particular, la visita a la segunda es un importante paso más en el desafío al invasor, pues la localidad se sitúa frente a Severodonetsk, de hecho es su ciudad gemela, separada de la primera apenas por el río Donetsk. La visita se puede interpretar como una nueva vuelta de tuerca a su presencia fuera de la capital, Kiev, sin evadir las zonas más calientes de la guerra.
Por sorpresa y, obviamente, sin anuncios por motivos de seguridad, el presidente visitó las dos localidades, así como la ciudad de Zaporiya, ocupada al 60% por las fuerzas rusas. Era la segunda visita a las provincias del frente tras la que realizó la semana pasada a Járkov, pero hay que tener en cuenta que las tropas rusas se replegaron hace semanas de esta última, la segunda ciudad en importancia del país.
Zelenski ha publicado en su canal de Telegram vídeos de la visita, en la que ha charlado con las tropas e incluso ha condecorado a algunos hombres. En su último vídeo, habla de un “día interminable, con mucho trabajo”. Cuenta que durante el día estuvo en Zaporiyia, apoyando a las tropas y “premiando a los mejores” y que se reunió con las autoridades locales, así como con supervivientes de la ciudad de Mariupol. Después, cuenta, se desplazó a Lisichansk y Soledar. “Estoy orgulloso de todos”, dice en el vídeo, y asegura que llevó “algo” al Ejército, que no quiso desvelar. “A vosotros, ucranianos, también os trajimos algo [del frente]. Es importante. Os traemos confianza y fuerza“”, afirma.
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