La periodista afgana Malala Maiwand y su conductor fueron asesinados a tiros este jueves por desconocidos armados en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán, en un nuevo ataque selectivo en el país contra periodistas.
El tiroteo se produjo esta mañana hacia las 07.10, hora local (02.40 GMT), en la cuidad de Jalalabad, capital de Nangarhar, cuando la periodista se trasladaba de su casa a su oficina, indicó a Efe el portavoz del gobernador provincial, Attaullah Khogyanai
Malala Maiwand, que trabajaba como presentadora en el canal de la televisión local Enakas y además desempeñaba un rol activo en la comunidad como activista de la sociedad civil, “fue asesinada a tiros junto con su conductor”, precisó el portavoz.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, condenó el asesinato de la periodista y su conductor al tiempo que pidió a las autoridades una investigación del ataque “terrorista”.
“Los ataques a nuestros periodistas son un crimen inhumano e imperdonable”, dijo Ghani en una declaración en la que prometió que el Gobierno hará todo lo posible por “proteger” y “promover” la libertad de expresión y la libertad de prensa.
Ningún grupo armado ha reclamado la autoría del ataque.
Este es el más reciente de una serie de asesinatos selectivos cometidos en el país contra figuras prominentes de la sociedad civil.
Los ataque a periodistas, religiosos, defensores de los derechos humanos, y estudiantes han ido en aumento desde hace un año, coincidiendo primero con el acuerdo firmado en febrero entre Estados Unidos y los talibanes, y desde septiembre con el diálogo directo de los insurgentes con el Gobierno de Kabul en Doha.
Una decena de misiones diplomáticas en Afganistán, incluidas las de la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN, condenaron el pasado lunes, a través de un comunicado conjunto, esta ola de asesinatos que buscan acallar la diversidad de opiniones en el país.
ASESINATOS DE PERIODISTAS
Afganistán es considerado además uno de los países más peligrosos para los periodistas, y ocupa el puesto 122 de 180 en la clasificación mundial de la libertad de prensa 2020 de Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Solo el mes pasado los periodistas afganos Elyas Dayee, de la emisora Radio Free Europe/Radio Liberty, y el prominente presentador televisivo Yama Syawash, que estuvo vinculado al popular canal privado Tolo, murieron en dos atentados con bomba lapa colocadas en sus vehículos.
Las amenazas tanto del grupo yihadista Estado Islámico (EI) como de los talibanes a los medios de comunicación se han repetido en las casi dos décadas de conflicto en Afganistán, perpetrando numerosos ataques contra la prensa, uno de los peores en enero de 2016 también contra Tolo, en el que murieron siete trabajadores.
En 2018, en el año más mortal para la prensa en el país, 20 periodistas y trabajadores de medios de comunicación murieron y otros 20 resultaron heridos en incidentes relacionados con el ejercicio de su profesión.
EFE
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