El nuevo «Gobierno del cambio» de Israel comienza su andadura tras ser ratificado anoche en el Parlamento, mientras Benjamín Netanyahu se estrena en la oposición tras doce años consecutivos en el poder.
El presidente, Reuvén Rivlin, recibió esta mañana en su residencia a los miembros del Ejecutivo, encabezado por el ultranacionalista Naftali Benet, para una tradicional foto de grupo con los 27 ministros del nuevo Gabinete – nueve mujeres -, en una jornada en la que los ministros salientes entregaron las carteras a sus sucesores.
Benet ocupará la jefatura del gobierno los dos primeros años para cederla después a su socio de coalición, el centrista laico Yair Laipid, quien hasta entonces asumirá la cartera de Exteriores.
El nuevo Ejecutivo – el trigésimo sexto de la historia de Israel desde la creación del Estado en 1948 – está formado por una diversa coalición de ocho partidos de casi todo el espectro político, unidos por su meta común de derrocar a Netanyahu.
El jefe de Gobierno saliente se reunirá también hoy con Benet para transferirle el poder pero, a diferencia de la tradición usual, no habrá ceremonia y el encuentro no será en la residencia oficial del primer ministro en Jerusalén, que Netanyahu ahora debe vaciar.
El que ha sido el primer ministro más longevo de la historia de Israel, con 15 años acumulados en el cargo (1996-1999 y 2009-2021), pasa a la bancada de la oposición, desde donde aseguró que hará todo lo posible para tumbar al nuevo gobierno y retornar al poder.
«Si estamos destinados a estar en la oposición lo haremos con la cabeza alta hasta que depongamos a este peligroso Gobierno», declaró Netanyahu, quien remarcó que un millón de personas votó a su partido Likud en los comicios de marzo – donde quedó primera fuerza con 30 escaños – para que se creara un Gobierno derechista, por lo que acusó a Benet de traición al unirse a una coalición con partidos de izquierda y árabes.
Benet, que en las pasadas elecciones obtuvo siete escaños con su formación ultranacionalista religiosa Yamina – de la que uno de ellos se desmarcó al negarse a pactar con la izquierda o el islamista Raam – pasa también a ser el primer jefe de Gobierno de la historia del país que consigue hacerse con el poder con una representación tan reducida.
Ayer, la reacción palestina al nuevo Ejecutivo fue también poco entusiasta: el Ministerio de Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) aseguró que no cree que sus políticas en relación a los palestinos o la ocupación de los territorios cambien mucho; mientras que el grupo islamista Hamás, que se enfrentó este mayo a Israel en la peor escalada bélica desde 2014, auguró que seguirá actuando con «todos los medios y formas de resistencia», incluida la «armada».
EFE
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