El alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, pidió este martes que las partes del acuerdo nuclear iraní afronten de «buena fe» el proceso de resolución de diferencias activado por Francia, Alemania y el Reino Unido ante los incumplimientos de Irán.
«El mecanismo de resolución de diferencias requiere esfuerzos intensivos de buena fe por parte de todos», indicó Borrell en una declaración a la prensa en el Parlamento Europeo, en la que insistió en que «a la luz del peligroso incremento de la tensión en Oriente Medio, preservar el acuerdo nuclear iraní es más importante que nunca».
El político español explicó que hoy recibió la carta de los ministros de Exteriores de Francia, Alemania y el Reino Unido en la que comunicaban su decisión de recurrir al mecanismo de arreglo de diferencias por lo que consideran el «incumplimiento iraní» de sus compromisos.
Borrell indicó que supervisará en tanto que coordinador la comisión conjunta para solucionar los desacuerdos, que debe resolver en menos de 35 días sobre las quejas presentadas o, de lo contrario, se abre la puerta a que esos tres países europeos abandonen el pacto nuclear.
«El objetivo del mecanismo es resolver problemas relacionados con la implementación del acuerdo en el marco de la comisión conjunta», recordó, y valoró la intención de los ministros europeos de «preservar el acuerdo, con la sincera esperanza de encontrar una salida para resolver el impás a través de un diálogo diplomático constructivo».
Borrell, que destacó que el acuerdo nuclear iraní es «un logro significativo de una diplomacia multilateral sostenida tras años de negociaciones», dejó claro que el propósito de recurrir a este mecanismo «no es volver a imponer sanciones» sino «encontrar soluciones y volver al total cumplimiento del acuerdo», para el que «no hay alternativa», advirtió.
El acuerdo nuclear firmado en 2015 limitaba el controvertido programa nuclear iraní a cambio de importantes alivios comerciales y el levantamiento de las sanciones internacionales contra Teherán, pero el Gobierno de Estados Unidos decidió retirarse de él en 2018.
En respuesta, Irán venía incumpliendo desde mayo pasado y de forma gradual algunas de sus obligaciones del pacto, en particular con más producción de uranio enriquecido y de mayor pureza.
Pero ante la creciente tensión con EEUU en la región, Teherán anunció el pasado 5 de enero que dejaba de cumplir en la práctica con las limitaciones impuestas a su programa atómico, aunque continuaría cooperando con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Mientras que para los países europeos implicados en el acuerdo activar el mecanismo de resolución de diferencias era una opción, para los otros firmantes, China y Rusia -más próximos a Irán-, no era una opción que contemplasen.
Efe
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