Human Rights Watch y los Centros de Salud Pública y Derechos Humanos de la Universidad Johns Hopkins exhortaron el martes a la ONU a que asuma el liderazgo para hacer frente a la compleja situación que padece Venezuela y que amenaza con agravarse por la pandemia del nuevo coronavirus.
A su vez pidieron a los gobiernos que financien las iniciativas de la ONU para atender la crisis humanitaria en la nación sudamericana.
Las organizaciones advirtieron en un informe difundido el martes que el sistema de salud venezolano se encuentra “colapsado” por la escasez de medicamentos e insumos, la interrupción del suministro de servicios públicos básicos como el agua y la emigración de trabajadores sanitarios, lo que lo deja al descubierto su “absoluta falta de preparación” para hacer frente al COVID-19.
Hasta ahora Venezuela ha registrado 1.167 contagios y 10 fallecidos.
“Es muy probable que en Venezuela la tasa de mortalidad termine siendo mayor a la media, ya que no hay capacidad para brindar atención de alta complejidad“, refirió el informe que remarcó que como consecuencia del hacinamiento en zonas populares y cárceles, así como los problemas generalizados para acceder al agua, “es probable que el nuevo coronavirus se extienda con rapidez“.
En el documento, HRW y la Universidad Johns Hopkins propusieron al secretario general de la ONU, António Guterres, y al coordinador del socorro de emergencia de la organización, Mark Lowcock, que exijan al régimen de Nicolás Maduro que adopte todas las medidas necesarias para que la ayuda humanitaria llegue a los venezolanos.
Asimismo, plantearon que es “crucial” que los gobiernos preocupados por la situación venezolana “despoliticen la asistencia humanitaria” y que Estados Unidos se asegure de que las sanciones vigentes no agraven la crisis ni obstaculicen los esfuerzos humanitarios.
Venezuela enfrenta la pandemia en medio de una compleja situación económica y social, agravada por una desbocada hiperinflación y una severa recesión que se ha profundizado por la cuarentena impuesta desde marzo, que ha llevado a que uno de cada tres venezolanos enfrente dificultades para consumir los mínimos nutricionales necesarios, reveló un informe de febrero del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas.
La crisis ha desatado en los últimos años una masiva migración de más cinco millones de personas.
Chile sumó en un día 3.964 nuevos contagiados presionando aún más al frágil sistema hospitalario que el martes contaba sólo con 329 camas de uso crítico disponibles, en un país que acumula 77.961 infectados y 806 fallecidos.
“Este es un momento extraordinariamente difícil”, afirmó el ministro de Salud, Jaime Mañalich. El ministro pidió una mejor coordinación entre los servicios de urgencia para trasladar a los pacientes que necesitan camas críticas.
El servicio de salud público es el más requerido por los pacientes porque en él se atiende el 80% de los chilenos. En los hospitales públicos y privados ya se usan camas de urgencia pediátrica con adultos, los ventiladores de los anestesistas y algunos respiradores apoyan a dos personas simultáneamente.
Radiación, rumores y más confinamiento
Por su parte, la ministra de Salud de Bolivia, Eidy Roca, dijo que la automedicación está complicando la situación sanitaria en la provincia amazónica de Beni, en el noreste del país, donde los contagios se han disparado. “Ante la rápida propagación y la falta de médicos, la población se está automedicando. Incluso hay un médico que anda propalando que el cotrimoxazol previene el contagio y está regalando el fármaco“, denunció el director del Servicio Departamental de Salud, Johnny Gómez. Las autoridades anunciaron que cerrarán la ciudad para contener el contagio en esa región, la penúltima en población pero la segunda en casos positivos.
Hasta el martes, el país registraba 6.329 contagios y 261 decesos en un acelerado ascenso, según las autoridades.
La Paz y su vecina El Alto, con más de dos millones de habitantes y ubicadas en la región del altiplano a 3.750 metros de altitud en promedio, solo tienen 6% de los contagios, lo que motivado una polémica en la comunidad científica y médica sobre los supuestos beneficios de la altura y la fuerte radiación solar.
“La radiación solar en la altura es un esterilizador natural del virus haciendo que su propagación sea más lenta”, afirmó el médico Gustavo Calleja, profesor y director del Instituto Pulmonar y Patología en la Altura. Pero sus colegas y científicos afirmaron que todavía es pronto para sacar conclusiones.
En Argentina, donde hay 12.157 infectados y 471 muertos, la cuarentena entró en una nueva etapa con el reforzamiento de las restricciones en Buenos Aires, donde los contagios crecieron en los últimos días convirtiendo a la jurisdicción en la que registra más casos del nuevo coronavirus, cerca de 6.000.
Se intensificaron los controles de tráfico para permitir únicamente la circulación de quienes cuentan con permisos en los accesos a la capital desde localidades cercanas situadas en la provincia de Buenos Aires.
Asimismo, miles de comercios capitalinos que habían sido habilitados para funcionar dos semanas atrás y que están situados en zonas comerciales neurálgicas tuvieron que cerrar de nuevo sus puertas. Farmacias y negocios de venta de alimentos -considerados esenciales- continuarán operando en esas zonas.
Los comercios de cercanía, o barriales, continúan abiertos con un protocolo sanitario para la atención de los vecinos.
En tanto, permanecen clausuradas 11 estaciones ferroviarias de la capital y el transporte público sólo puede ser usado por trabajadores esenciales como médicos, asistentes de personas con discapacidades, trabajadores de la obra pública o integrantes de las fuerzas de seguridad.
Por otro lado, las autoridades proseguían realizando testeos en los populosos barrios marginales de la ciudad, que se han convertido en focos de infección. Las personas con síntomas leves han sido derivadas a hoteles para cursar la enfermedad.
El ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, dijo que no está previsto aislar sanitariamente alguna zona en particular “dado que la circulación del virus está muy dispersa” y consideró que “es mucho más eficaz ir a la búsqueda de los potenciales casos”.
En el cinturón urbano que rodea a la capital argentina, el aumento de contagios en la empobrecida barriada Villa Azul sí obligó a su total aislamiento y a reforzar las medidas para detectar a enfermos de COVID-19.
Al contrario de la capital y la provincia de Buenos Aires, en otros distritos de Argentina donde el número de casos es muy acotado las autoridades han permitido la reactivación de distintas actividades económicas y recreativas.
Más y más pruebas
Debido al aumento de contagios en el departamento de Cundinamarca y sus alrededores, cerca de la ciudad de Bogotá, el gobernador Nicolás García anunció que se van a realizar 100.000 pruebas para detectar el COVID-19.
Hasta el momento el coronavirus ha infectado a 21.981 colombiano y h dejado 750. Bogotá es el epicentro de la pandemia con 7.386 casos.
“Cundinamarca y Bogotá nos alistamos para hacer el más grande testeo de pruebas… del país. Sólo en esta región se realizarán 100.000 muestras con el apoyo del Ministerio de Salud por que la situación es muy complicada”, agregó García.
Por su parte, México premiará a unos 8.000 integrantes del personal sanitario que ha participado en la lucha contra la pandemia otorgándoles la condecoración Miguel Hidalgo y premios económicos que van desde los 1.126 a poco más de 4.500 dólares, informó Zoé Robledo, director del Instituto Mexicano del Seguro Social.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que los premios serán “para que quede la constancia en la historia de su labor solidaria y fraterna”.
“Ya hablamos también de que han jugado un papel fundamental los médicos, las enfermeras, los especialistas, los científicos y matemáticos que nos han ayudado con sus proyecciones”, indicó el mandatario.
La condecoración Miguel Hidalgo es la más alta presea que otorga México a sus ciudadanos para premiar méritos distinguidos, conducta vital ejemplar, servicios prestados a la patria o actos heroicos.
Hasta el lunes por la noche, México reportaba más de 71.100 casos confirmados y al menos 7.633 muertos.
En América Latina se registraban a la fecha más de 770.800 contagios y más de 41.600 muertos, con Brasil con la mayor cantidad de infecciones y decesos.
A nivel mundial se han infectado más de 5,5 millones de personas y han muerto más de 347.500, según el Centro de Ciencias e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, que basa sus datos en los informes de los gobiernos y las autoridades de salud de cada país.
En la mayoría de la gente este virus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. Pero en algunas personas, sobre todo los adultos mayores y quienes padecen trastornos de salud subyacentes, puede causar enfermedades más graves e incluso la muerte.
AP.
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