Gizem y su pareja se apresuran a bajar una maleta con ropa antes de dejar su casa, pues podría haber sufrido daños estructurales tras el terremoto de 6,8 grados del viernes en Esmirna (Turquia), que ha dejado al menos 69 muertos y más de 900 heridos.
Lara Villalón / EFE
«Todos los edificios del barrio han sufrido daños. El nuestro no lo ha cerrado la policía con cintas pero nos vamos igualmente, nos da miedo», explica a Efe.
En el barrio de Bayrakli, la zona más afectada por el terremoto, continúan las labores de rescate para encontrar supervivientes en ocho edificios derrumbados.
A media tarde las autoridades han suspendido las labores de rescate en uno de los inmuebles derruidos, por riesgo de que el edificio de al lado se desplome.
CONSTRUCCIONES DE RIESGO
Tras empezar a construirse en la década de 1960, Bayrakli vivió veinte años de un rápido proceso de expansión como lugar de residencia barata para familias venidas de áreas rurales u otras regiones de Turquía, relataron a Efe vecinos de la ciudad.
Además, el barrio se asienta precisamente sobre una de las mayores fallas geológicas de la provincia, lo cual ha disparado los efectos del temblor.
Ya en enero pasado, el presidente del Colegio de Geólogos de Esmirna, Alim Murathan, había señalado a la prensa al barrio de Barakli como el de mayor riesgo en la provincia por situarse cerca del mar sobre un suelo de aluvión asentado sobre la falla.
Medios turcos revelaron hoy un informe del centro municipal de estudios de terremotos, en el que se alertaba en 2012 sobre la poca calidad del cemento y los riesgos estructurales de dos de los edificios que se derrumbaron por completo el pasado viernes.
FACHADAS DAÑADAS
En el resto de viviendas de la zona se aprecian graves daños: agujeros en las paredes, grietas verticales que cruzan la mitad de la estructura e incluso edificios ligeramente inclinados hacia un lado.
El vicepresidente turco, Fuat Oktay, declaró que 26 edificios han resultado gravemente dañados por el terremoto y serán derruidos urgentemente.
Oktay añadió que se instalarán unas 3.000 tiendas de campaña temporales, pero no especificó cuántas familias aproximadamente se han quedado sin hogar.
REFUGIO EN LOS PARQUES
Gizem tiene suerte de que su hermana, que vive a una hora en coche de Esmirna, la puede acoger.
Sin embargo, miles de familias se han visto obligadas a refugiarse en tiendas de campaña provisionales montadas por los equipos de rescate público AFAD o donadas por otros ayuntamientos de la zona.
En el parque de Asik Veysel, a unos diez kilómetros del centro de Bayrakli, se han desplegado 270 tiendas para varias familias.
«La mayoría de familias vinieron anoche y durante la madrugada, al ver que sus edificios sufrieron daños horas después del terremoto», señala a Efe Arzu Sert, una voluntaria del barrio de Bornova.
Con un grupo de amigos, Sert organiza apoyo psicológico para los más pequeños y varias actividades educativas para entretenerlos.
«Hoy hicimos una clase de yoga y tenemos pensados varios juegos con pintura para los más pequeños», explica.
Uno de los juegos es interrumpido por un trabajador del ministerio de Salud, que va de tienda en tienda recogiendo datos de las personas que se han trasladado a las tiendas.
Nadie sabe exactamente cuántas personas se hospedan en el parque porque, aparte de las 270 tiendas de AFAD, ayuntamientos, organizaciones humanitarias y vecinos han desplegado también decenas de tiendas.
Mientras, numerosos vecinos de otros barrios de la zona traen ropa, mantas, pañales, juegos y jabones para quienes van a pasar otra noche fuera de sus casas.
«De momento la gente está tranquila. Dormimos a cubierto pero faltan duchas. No sé cuánto tiempo aguantaremos así», concluye Sert.
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