Las víctimas de un tiroteo en la ciudad canadiense de Toronto en 2018, que dejó dos muertos y 13 heridos, están demandando al fabricante estadounidense de la pistola utilizada en el ataque, responsabilizándolo por no hacer que las armas sean más seguras.
La demanda colectiva, según documentos judiciales obtenidos por la AFP el martes, alega que la fabricante Smith y Wesson sabían que su arma de fuego M&P 40 «era un producto ultra peligroso».
Y debería haber sabido que el arma podría terminar siendo robada y utilizada para dañar o matar a personas inocentes, de acuerdo con el recurso.
Sin embargo, la demanda alega como razón principal que la compañía eligió no incorporar características de seguridad como el reconocimiento de huellas digitales para evitar que fuera empleada por usuarios no autorizados.
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La demanda colectiva pretende 150 millones de dólares canadienses (unos 115 millones de dólares) en daños y perjuicios.
Los demandantes principales, Samantha Price y Skye McLeod, dijeron en una declaración que habían salido a tomar un helado con amigos en la noche del 22 de julio de 2018 cuando se encontraron con un hombre que abría fuego en la bulliciosa avenida Danforth de Toronto.
Price fue alcanzado por una bala, pero sobrevivió. McLeod resultó herido mientras huía. Su amiga Reese Fallon, de 18 años, y también Julianna Kozis, de 10 años, murieron víctimas de los disparos.
Después de un intercambio de disparos con la policía, el tirador se quitó la vida.
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