Daniel Ortega, en Nicaragua, vive una coyuntura diferente a la de Nicolás Maduro en Venezuela, pero sus gobiernos tienen notorias semejanzas, opinan analistas de cara a las elecciones presidenciales en el país centroamericano.
Por Gustavo Ocando Alex | VOA
El autoritarismo deja sus huellas en los sistemas políticos de Venezuela y Nicaragua, pero con diferencias “sutiles”, opina un grupo de analistas que comparan a Daniel Ortega y Nicolás Maduro, e incluso su predecesor, el fallecido Hugo Chávez Frías.
Nicaragua realizará este domingo sus elecciones presidenciales, donde Ortega, líder sandinista que regresó al poder en 2007, buscará su quinto mandato al hilo en un ambiente hostil para sus opositores. Su gobierno mantiene detenidos bajo acusación de traición a la patria a al menos siete precandidatos, entre ellos a la hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro, Cristiana Chamorro.
La eventual reelección de Ortega en unas elecciones calificadas como “farsa” por varios países, entre ellos Estados Unidos, no tiene comparativos con otros sistemas de la Centroamérica del siglo XXI, pero sí con regímenes como el venezolano, según expertos en análisis de modelos de gobierno en la región.
Ortega y Maduro tienen “muchas coincidencias”, pero también “diferencias sutiles” en sus actuales estrategias para gobernar, de acuerdo con el especialista en relaciones internacionales y articulista de opinión Félix Arellano.
Examina que el mandatario nicaragüense fue “muy hábil” en el manejo de sus alianzas políticas y clientelares durante los inicios de esa segunda era del sandinismo, en 2007, sin mayores alertas de autoritarismo por parte de la comunidad regional e internacional. Pero, con relativa lentitud, avanzó hasta desmantelar la institucionalidad democrática de su nación, advierte.
“En 2018, la situación de Nicaragua se agrava y se empiezan a perder las alianzas con los partidos y los empresarios. Exacerbó el autoritarismo competitivo y empezó a ser uno hegemónico, que es lo que se encuentra hoy día”, apunta Arellano en conversación con la Voz de América.
En el caso venezolano, acota, cree que Nicolás Maduro “juega a dar señales de relativo autoritarismo competitivo”, que, sin dejar de serlo, trata de dar gestos de presunta apertura democrática, como la recomposición del poder electoral u otorgar cierta cuota de garantías para los sufragios regionales de este mes.
A su entender, el Ortega contemporáneo se parece más al Chávez de sus primeros tres años de gobierno, el de 2001, cuando aceleró su ruptura de alianzas con empresarios, partidos y organismos regionales.
“El juego hoy es más sutil en Venezuela, menos agresivo, pero sigue siendo autoritarismo. Ahora, hay esa sutileza que tuvo Ortega en sus primeros tiempos. En los dos, hay autoritarismo, pero el de Ortega es más violento”, diagnostica.
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