Washington y Caracas forcejeaban el domingo sobre la detención en Cabo Verde del empresario colombiano Alex Saab, con la justicia estadounidense acelerando el paso para extraditar a quien considera es el principal testaferro del gobernante Nicolás Maduro y el régimen venezolano haciendo todo lo posible para evitarlo.
Por María Antonio Delgado – El Nuevo Herald
Saab, considerado como el arquitecto de la estructura comercial que permite al régimen resistir las sanciones estadounidenses, fue arrestado el viernes en la isla ubicada al frente de la costa de Senegal luego que su avión hiciera escala allí para reabastecerse en camión a Irán, donde el empresario tiene una vivienda.
Tras su detención, las autoridades estadounidenses iniciaron rápidamente con el proceso de extradición de Saab en un intento por evitar una situación similar a la producida con la detención en Aruba del ex jefe de inteligencia del fallecido Hugo Chávez, Hugo “el Pollo” Carvajal, quien fue liberado luego que Maduro ejerciera intensa presión sobre las autoridades de la isla.
El régimen de Caracas emitió el domingo una enérgica protesta por la detención de Saab, indicando que el empresario de 48 años viajaba con un pasaporte venezolano en una “misión humanitaria” para comprar comida y suministros médicos.
En un comunicado el sábado por la noche, el gobierno señaló que el aviso de Interpol pidiendo el arresto de Saab no se emitió hasta el día siguiente a su detención, violando las normas internacionales e ignorando su inmunidad diplomática como “agente” de un gobierno soberano.
Caracas dijo que iniciaría todas las acciones legales y diplomáticas a su alcance para conseguir su liberación. Pero las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus impidieron un intento del embajador más cercano de Maduro, en Senegal, de viajar a Cabo Verde.
De ser extraditado, Saab probablemente sería trasladado inicialmente a Miami donde enfrenta cargos por lavado de dinero ante la Corte Federal del Sur de Florida.
Según la acusación introducida en julio del 2019, Saab y su socio, Álvaro Pulido, operaban un sistema de corrupción y lavado que les había permitido transferir $350 millones fuera de Venezuela a cuentas en el extranjero. De ser hallados culpables, enfrentarían hasta 20 años de prisión.
Pero Saab también es investigado en Nueva York por cargos relacionados con el narcotráfico y las acusaciones formales contra el empresario podrían aumentar tan pronto sea procesado por el sistema judicial estadounidense, dijeron fuentes vinculadas a las investigaciones federales a el Nuevo Herald.
La eventual extradición de Saab dejaría al régimen sin el arquitecto del sistema financiero que ha permitido al régimen resistir las sanciones estadounidenses.
“Ese es el hombre que maneja la comercialización de los tres productos que exporta Venezuela actualmente, cocaína, oro y petróleo, en ese orden, y además es quien controla la compra de alimentos”, dijo una de las fuentes que habló bajo condición de anonimato.
“Él fue el que construyó las estructuras financieras sobre las cuales opera el régimen hoy en día, el que montó todo el programa de comercialización de oro en Turquía, el que montó toda la estructura de comercialización de petróleo en Singapur”, agregó.
Las agencias policiales estadounidenses también investigan los nexos del empresario con la facción disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), bajo la sospecha de que podría estar involucrado con el lado financiero de sus operaciones.
La suerte de Saab parece haber cambiado de rumbo esta semana luego que la Fiscalía de Colombia anunciara el martes que expropió una mansión perteneciente al empresario valorada en más de $7.7 millones, además de apartamentos y otras propiedades.
Los ocho inmuebles confiscados —que además de la mansión también incluyen un apartamento, una casa, dos terrenos y tres garajes— se encuentran ubicados en Barranquilla y en total tienen un valor estimado de unos 35,000 millones de pesos, o $9.7 millones, anunció la fiscalía a través de un comunicado.
Estados Unidos sancionó a Saab y a tres hijos de la esposa de Maduro (Cilia Flores) —Walter Flores, Yosser Flores y Yoswal Flores — en junio del 2019, acusándolos de operar un multimillonario sistema de corrupción relacionado con la importación y distribución de alimentos en Venezuela.
Según las autoridades estadounidenses, Saab se ha beneficiado personalmente de contratos sobrevalorados para suministrar alimentos a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, conocidos localmente como CLAP.
“A través de una sofisticada red de compañías fantasmas, socios y miembros familiares, Saab lavó cientos de millones de dólares obtenidos a través de la corrupción a través del mundo”, dijo el comunicado. “Alex Saab se asoció con allegados de Maduro para operar una red de corrupción de gran escala que explotaba indolentemente a la población hambrienta de Venezuela”.
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