Alrededor de 100 personas, en su mayoría hombres, fueron detenidos el miércoles 20 de mayo por incumplir el toque de queda impuesto en el municipio Gran Sabana para minimizar el riesgo de contagio por COVID-19 en esta población fronteriza.
Tras el anuncio del Gobierno nacional el 19 de mayo sobre la reducción de la movilización desde las 4:00 pm hasta las 10:00 am del día siguiente, uniformados tomaron las calles de Santa Elena de Uairén y arrestaron a todos aquellos que se encontraban en la vía pública. Fueron trasladados hasta un estadio de béisbol donde los obligaron a cumplir con el toque de queda.
Según informaron uniformados de la Policía de Bolívar, se trataba en su mayoría de gandoleros y caleteros que no tienen residencia fija y duermen en la vía pública. Se les advirtió que solicitaran a los propietarios de los negocios dónde laboran que les permitan pernoctar en sus instalaciones.
Asimismo, vecinos que estaban en patios de sus viviendas o asomados por las ventanas viendo el despliegue policial también fueron reprendidos por los oficiales que les indicaron que debían permanecer resguardados debido al «riesgo de contraer COVID-19».
Pese a los controles para evitar que trabajadores y vecinos permanecieran en la vía pública, cuando los detenidos fueron llevados al estadio, permanecieron todos juntos y a muy poca distancia, representando también un riesgo tanto para ellos mismos como para los funcionarios encargados del operativo, tal y como lo denunciaron algunos uniformados que no estuvieron de acuerdo con la orden que les impusieron de juntar a todos los aprehendidos.
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