Según la organización de Derechos Humanos (DD.HH) Fundaredes del estado Táchira, desde hace más de 20 años Venezuela viene registrando fuerte presencia de grupos guerrilleros y paramilitares que han logrado dominar municipios en al menos 19 estados del país, bajo la mirada complaciente de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y del Estado.
Ana Uzcátegui | La Prensa de Lara
Actividades de narcotráfico, cultivos de droga, dominio de pistas clandestinas, apropiación de tierras, reclutamiento de venezolanos incluyendo a menores de edad, trata de blancas, control de pasos ilegales o trochas, operaciones de control público, adiestramiento armado y dominio de zonas de minería, son parte de las actividades económicas ilícitas que manejan y que han desatado las violaciones y homicidios en el país. En 2020, según el informe la Curva de la Violencia presentado por Fundaredes, se registraron 1.613 fallecidos en seis estados fronterizos de Venezuela con fuerte presencia guerrillera colombiana: Amazonas, Apure, Bolívar, Falcón, Táchira y Zulia. De esos casos, 855 murieron en enfrentamientos entre grupos armados y bandas criminales que luchan constantemente para ampliar sus rutas de poder.
La presencia de la guerrilla colombiana en territorio nacional se hizo más visible desde 21 de marzo, cuando comenzaron los combates de guerra en Apure entre una disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), denominada Frente Décimo cuyo líder es Gentil Duarte y militares venezolanos. El país se está pareciendo cada vez más a la Colombia de los años 60, cuando los grupos guerrilleros comenzaron a atacar a comunidades enteras. Hoy existen más de cinco mil desplazados venezolanos que han llegado despavoridos a Arauca y Arauquita en territorio neogranadino.
Comunidades como La Victoria, Santa Rita, El Ripial y Guasdualito en Apure han sido bombardeadas con armas de guerra y tanquetas, además los grupos armados han instalado minas antipersonales. Hasta ahora el ejercito nacional ha registrado 13 militares fallecidos, y aunque suman los esfuerzos de las FAES y de mil milicianos enviados el 14 de abril, no han logrado expulsar a estos grupos armados ni defender la soberanía.
«Desde el 21 de marzo se rompió la suerte de paz criminal o de paz mafiosa que se había consolidado en la zona fronteriza venezolana entre grupos armados colombianos y grupos paramilitares venezolanos como los colectivos y funcionarios corruptos de la FANB. La avaricia o la ambición de las disidencia del Frente Décimo, en controlar más recursos económicos, en ejercer mayor control territorial, ocasionó un desequilibró entre los acuerdos con el gobierno venezolano», contó a LA PRENSA de Lara Jorge Mantilla, Investigador de la Universidad de Illinois en Chicago y especialista en seguridad y conflicto armado en Colombia.
Explicó que a Venezuela han trasladado un conflicto interno de las FARC, porque los ataques que se han registrado en Apure los promueve una segunda disidencia de este grupo guerrillero denominada la Segunda Marquetalia, liderada por Iván Márquez y de Jesús Santrich quienes traicionaron el acuerdo de paz en el vecino país, «Ambos jefes guerrilleros sostienen relaciones bastantes consolidadas con los latos niveles del gobierno, mientras que los del Frente Décimo han logrado arreglos con comunidades venezolanas y autoridades locales de Apure», mencionó.
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