EE.UU. y Venezuela han llegado a un acuerdo por el que el Gobierno de Joe Biden levantará sanciones a la industria petrolera del país sudamericano a cambio de que el régimen de Nicolás Maduro permita la celebración de elecciones libres y con observadores internacionales.
Así lo ha adelantado ‘The Washington Post’, que asegura que el levantamiento de sanciones se producirá después de que el Gobierno de Maduro y representantes de la oposición al régimen chavista firmen un acuerdo que permita elecciones con cierta liberad, después de los comicios fraudulentos con los que el dictador venezolano se mantuvo en el poder en 2018.
Está previsto que los representantes del régimen y de la oposición se reúnan este martes en Barbados, con la presencia de autoridades estadounidenses, para cerrar el acuerdo que permitirá la relajación de sanciones que ahogan a Maduro y a la economía venezolana.
Este acuerdo se materializaría días antes de la celebración de primarias por parte de la oposición, previstas para el próximo 22 de octubre. En ellas se busca un candidato único para expulsar del poder a Maduro y la favorita es María Corina Machado, que en la actualidad está inhabilitada por el régimen chavista para presentarse a las elecciones.
Más duras desde 2019
Venezuela soporta sanciones de EE.UU. desde los tiempos del Gobierno de Hugo Chávez, que instauró un régimen de corte socialista en uno de los países más ricos de Sudamérica. Las sanciones se endurecieron con fuerza en 2019, después de esas elecciones fraudulentas, en medio de una represión brutal a la oposición, y con una crisis económica, humanitaria y política que todavía atenaza al país.
Esas medidas fueron impuestas por el Gobierno de Donald Trump e incluyeron la eliminación de importaciones de la empresa petrolera estatal –Venezuela alberga las mayores reservas de crudo del planeta–, además de sanciones al banco central y a multitud de altos cargos del régimen de Maduro, embargo económico, congelación masiva de activos venezolanos en EE.UU. y prohibición de negocios para estadounidenses en Venezuela.
Con la llegada de Biden a la Casa Blanca, el Gobierno de EE.UU. ha relajado sus posiciones respecto a Venezuela y Maduro
Con la llegada de Biden a la Casa Blanca, el Gobierno de EE.UU. ha relajado sus posiciones respecto a Venezuela y Maduro, en un proceso aparejado a las conversaciones con la oposición que podría culminar en una relajación decisiva de sanciones.
Esas conversaciones se iniciaron en 2021 en México, pero quedaron descarriladas por la extradición de Álex Saab, considerado el testaferro de Maduro, a EE.UU. Las negociaciones se retomaron el año pasado a través de diferentes canales, en Noruega, Washington y Doha.
El Gobierno de Noruega ha actuado como mediador entre el régimen de Maduro y la oposición, y este lunes confirmó la reunión que se celebrará el martes en un comunicado en X, antes Twitter, de su embajada en México. En él se asegura que el Gobierno de Venezuela y la Plataforma Unitaria, que acoge a buena parte de la oposición, «han decidido retomar el proceso de diálogo y negociación, facilitado por Noruega, con el objetivo de llegar a un acuerdo político, conforme a lo previsto en el Memorando de Entendimiento suscrito en la ciudad de México el 13 de agosto de 2021», y confirma que las partes se reúnen en Bridgetown, Barbados.
Estos pasos se han dado a la vez que la Administración Biden suavizaba las posiciones de firmeza que había heredado de Trump. El año pasado, con el arranque de la guerra en Ucrania, EE.UU. hizo concesiones como algunos permisos para las operaciones de la estadounidense Chevron en Venezuela. Aquel conflicto había desestabilizado los mercados energéticos, algo que corre el riesgo de ocurrir con la actual situación en Oriente Medio tras los ataques terroristas de Hamás y la respuesta militar de Israel. Una relajación de sanciones a la industria petrolera venezolana podría permitir el incremento y la estabilización de la producción.
Otra señal de la mejora de relaciones entre EE.UU. y Venezuela ha sido la reciente decisión de la Administración Biden de recuperar los vuelos de repatriación a inmigrantes venezolanos que han entrado sin documentos y de forma masiva en los últimos meses en territorio estadounidense. Hasta ahora, el Gobierno de Maduro no permitía esas devoluciones y no estaba claro qué contrapartidas había obtenido de EE.UU. al aceptarlas.
Según las fuentes consultadas por el diario estadounidense, el levantamiento afectaría a las exportaciones de la petrolera estatal, PDVSA, pero no a los activos venezolanos bloqueados en EE.UU. El régimen chavista, por su parte, deberá garantizar la presencia de observadores internacionales y dar acceso a la prensa. Pero no está claro, subraya esta información, que el acuerdo incluya la liberación de presos políticos.
La Administración Biden reaccionó a estas revelaciones con una negativa sobre la existencia de compromisos entre ambos países. «Apoyamos las negociaciones en Venezuela y estamos preparados a ofrecer relajación de sanciones como respuesta a acciones apropiadas para que haya elecciones competitivas», respondió un alto cargo al periódico. «Las conversaciones clave son entre la oposición y Maduro».
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